Encontrados 170 resultados para: pusieron

  • Dos de ellos habían permanecido en el campamento: uno se llamaba Eldad y otro Medad. También sobre ellos se posó el espíritu, ya que pertenecían a los elegidos, aunque no se habían presentado en la tienda, y se pusieron a profetizar en el campamento. (Números 11, 26)

  • El pueblo estuvo recogiendo codornices todo el día, toda la noche y todo el día siguiente; el que menos, recogió diez montones, y las pusieron a secar en los alrededores del campamento. (Números 11, 32)

  • y lo pusieron bajo vigilancia, pues no se había determinado todavía qué debía hacerse con él. (Números 15, 34)

  • Cuando todo el pueblo terminó de pasar, pasó el arca del Señor, y los sacerdotes se pusieron al frente del pueblo. (Josué 4, 11)

  • Cuando Josué terminó de hablar al pueblo, los siete sacerdotes que llevaban las siete trompetas de cuerno de carnero delante del Señor se pusieron en marcha y tocaron las trompetas. El arca de la alianza del Señor iba detrás de ellos. (Josué 6, 8)

  • Y pusieron sobre él un gran montón de piedras, que existe hasta el día de hoy. Entonces el Señor aplacó su ardiente cólera. Por eso aquel lugar recibió el nombre de valle de Acor hasta el día de hoy. (Josué 7, 26)

  • recurrieron por su parte a la estratagema. Se pusieron en camino, con provisiones, y colocaron sobre sus asnos sacos viejos y odres viejos de vino, rotos y remendados. (Josué 9, 4)

  • Pero, al ponerse el sol, Josué mandó descolgarlos y echarlos en la cueva donde se habían escondido. Y pusieron grandes piedras en la entrada de la cueva, y allí están todavía hoy. (Josué 10, 27)

  • Todos estos reyes se pusieron de acuerdo, y acamparon junto a las aguas de Merón para luchar contra Israel. (Josué 11, 5)

  • Mandé delante de vosotros avispas, que pusieron en fuga a los dos reyes amorreos. Esto no lo debes a tu espada ni a tu arco. (Josué 24, 12)

  • "Los príncipes de Israel se pusieron al frente, el pueblo se ofreció voluntario. ¡Bendecid al Señor! (Jueces 5, 2)

  • Envió mensajeros a todo Manasés, que también le siguió; también envió mensajeros a Aser, a Zabulón y a Neftalí, que se pusieron en marcha para venir a su encuentro. (Jueces 6, 35)


“O trabalho é tão sagrado como a oração”. São Padre Pio de Pietrelcina