Encontrados 19 resultados para: responsabilidad personal

  • No le exigirás prestación personal ni intereses; antes bien, temerás a tu Dios y permitirás a tu hermano vivir contigo. (Levítico 25, 36)

  • Ésta es la ley del nazireo. Si además de su cabellera el nazireo ha hecho voto de una ofrenda personal al Señor (sin contar otras posibles ofrendas), cumplirá el voto hecho, además de lo que la ley tiene ya previsto para su cabellera". (Números 6, 21)

  • el oferente presentará como ofrenda personal al Señor una oblación de cuatro kilos y medio de flor de harina amasada con dos litros de aceite. (Números 15, 4)

  • El Señor dijo a Aarón: "Tú, tus hijos y la casa de tu padre llevaréis la responsabilidad del santuario. Tú y tus hijos llevaréis la responsabilidad del sacerdocio. (Números 18, 1)

  • Serán los levitas los encargados del servicio en la tienda de la reunión; ellos tendrán toda la responsabilidad. Es ésta ley perpetua para todas las generaciones: los levitas no tendrán heredad en medio de los israelitas, (Números 18, 23)

  • y el vengador de sangre lo encuentra fuera del territorio de su ciudad de refugio, podrá matarlo sin ninguna responsabilidad, (Números 35, 27)

  • y que castiga en su propia persona a los que lo odian. Hace perecer sin tardanza a quien le odia, y lo hiere con castigo personal. (Deuteronomio 7, 10)

  • y comerá una porción igual a la suya, aparte de su patrimonio personal. (Deuteronomio 18, 8)

  • era el más famoso de los treinta, pero no llegó a los tres. David le puso al frente de su guardia personal. (II Samuel 23, 23)

  • La leva de prestación personal que el rey Salomón impuso para construir el templo del Señor, su palacio, el terraplén y la muralla de Jerusalén, Jasor, Meguido y Guézer, fue así: (I Reyes 9, 15)

  • a los que los israelitas no habían podido exterminar, Salomón les impuso un servicio de prestación personal hasta nuestros días. (I Reyes 9, 21)

  • Fue el más famoso de los treinta, pero no llegaba a los tres. David lo puso a la cabeza de su guardia personal. (I Crónicas 11, 25)


“De todos os que vierem pedir meu auxílio, nunca perderei nenhum!” São Padre Pio de Pietrelcina