Encontrados 83 resultados para: setenta

  • Todos sus guerreros se pusieron en marcha. Las fuerzas armadas sumaban ciento setenta mil soldados de infantería y doce mil de caballería, sin contar el material y la gente que se les había unido. Era una muchedumbre incontable. (Judit 7, 2)

  • Los demás judíos que habitaban el reino también se reunieron para defenderse y deshacerse de sus enemigos, matando setenta y cinco mil enemigos, pero sin saquear sus bienes. (Ester 9, 16)

  • La duración de nuestra vida es de setenta años, la de los más fuertes, ochenta, pero en su mayor parte no son más que trabajos y miseria, pues pasan aprisa y nosotros volamos. (Salmos 90, 10)

  • Los soldados de Simón, seducidos por la avaricia, se dejaron comprar a precio de plata por los de las torres y, por setenta mil dracmas, dejaron escapar cierto número de ellos. (II Macabeos 10, 20)

  • Aquel día sucederá que Tiro será olvidada por espacio de setenta años, como la duración del reinado de un rey. Y, al cabo de setenta años, le sucederá a Tiro como a la prostituta de la canción: (Isaías 23, 15)

  • Sucederá que, al cabo de setenta años, el Señor visitará a Tiro. Ella volverá a cobrar su salario de prostituta, y se prostituirá a todos los reinos del mundo que hay sobre la superficie de la tierra. (Isaías 23, 17)

  • Todo este país será convertido en ruinas, en desolación, y permanecerán en esclavitud entre las naciones durante setenta años. (Jeremías 25, 11)

  • Al cabo de estos setenta años yo castigaré al rey de Babilonia y a aquella nación -dice el Señor- por sus crímenes, así como al país de los caldeos, y haré de él una desolación eterna. (Jeremías 25, 12)

  • Esto dice el Señor: Cuando terminen los setenta años concedidos a Babilonia, yo me ocuparé de vosotros y cumpliré en vosotros mi promesa de restituiros a este lugar. (Jeremías 29, 10)

  • Y setenta hombres de los ancianos de la casa de Israel, entre los cuales se encontraba Jazanías, hijo de Safán, estaban de pie ante aquéllos, cada uno con su incensario en la mano, del cual subía el perfume del incienso. (Ezequiel 8, 11)

  • además de las otras cuatro mesas de piedra tallada para los holocaustos, de setenta y cinco centímetros de largas, setenta y cinco de anchas y cincuenta de altas. Sobre ellas se colocaban los instrumentos con los que se degollaban los holocaustos y las otras víctimas. (Ezequiel 40, 42)

  • yo, Daniel, me puse a estudiar en los libros y a calcular el número de los años que, según la palabra del Señor dirigida al profeta Jeremías, debían pasar sobre las ruinas de Jerusalén: setenta semanas. (Daniel 9, 2)


“Não sejamos mesquinhos com Deus que tanto nos enriquece.” São Padre Pio de Pietrelcina