Encontrados 384 resultados para: siete plagas

  • Cuando llegaron a la era de Atad, al otro lado del Jordán, hicieron grandes y solemnes funerales; y José guardó por su padre un luto de siete días. (Génesis 50, 10)

  • El sacerdote de Madián tenía siete hijas. Vinieron éstas a sacar agua, y cuando estaban llenando los abrevaderos para dar de beber al rebaño de su padre, (Exodo 2, 16)

  • Éstos son los nombres de los hijos de Leví con sus familias: Guersón, Quehat y Merarí. Leví vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 16)

  • Amrán se casó con Yakébet, su tía, de la que tuvo a Aarón y a Moisés. Amrán vivió ciento treinta y siete años. (Exodo 6, 20)

  • Y así transcurrieron siete días desde que el Señor golpeó el río. (Exodo 7, 25)

  • Esta vez voy a desencadenar todas mis plagas contra ti y contra tus servidores y contra tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra. (Exodo 9, 14)

  • Durante siete días comeréis panes sin levadura; desde el primer día quitaréis la levadura de vuestras casas, porque el que en estos días coma pan fermentado será extirpado de Israel. (Exodo 12, 15)

  • Durante siete días no habrá levadura en vuestras casas, porque el que coma algo fermentado será extirpado de la comunidad de Israel, sea extranjero o indígena. (Exodo 12, 19)

  • Durante siete días comerás panes sin levadura; el séptimo será día de fiesta en honor del Señor. (Exodo 13, 6)

  • Durante los siete días comerás panes sin levadura; no se verá nada fermentado ni levadura en todo tu territorio. (Exodo 13, 7)

  • Les dijo: "Si verdaderamente escuchas la voz del Señor, tu Dios, y haces lo que es recto a sus ojos, prestas oído a sus mandatos y observas todos sus estatutos, no enviaré sobre ti ninguna de las plagas con que castigué a los egipcios, porque yo soy el Señor, tu salvador". (Exodo 15, 26)

  • Harás lo mismo con el primogénito de tus vacas y de tus ovejas. Siete días permanecerá con su madre, y al octavo me lo darás. (Exodo 22, 29)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina