Encontrados 280 resultados para: sueños de José

  • descendientes de Manasés, hijo de José; así su heredad quedó en la tribu de su clan paterno. (Números 36, 12)

  • no escuches las palabras de tal profeta ni los sueños de tal soñador. El Señor, vuestro Dios, quiere probaros para ver si realmente le amáis con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma. (Deuteronomio 13, 4)

  • Cuando hayáis pasado el Jordán, se pondrán en el monte Garizín las tribus de Simeón, Leví, Judá, Isacar, José y Benjamín para pronunciar la bendición al pueblo. (Deuteronomio 27, 12)

  • De José dijo: Sea su tierra bendita del Señor con los rocíos del cielo en lo alto, y abajo con las aguas del abismo, (Deuteronomio 33, 13)

  • con lo mejor de la tierra y su abundancia, gracioso don del que se apareció en la zarza; descienda todo esto sobre la cabeza de José, el escogido entre sus hermanos. (Deuteronomio 33, 16)

  • Los hijos de José formaban dos tribus: Manasés y Efraín. No se dio parte alguna a los levitas en la tierra, sino solamente algunas ciudades para habitar, y pastos para sus ganados y rebaños. (Josué 14, 4)

  • El territorio que tocó en suerte a los hijos de José iba desde el Jordán al este de Jericó, y subía desde Jericó a la montaña de Betel. (Josué 16, 1)

  • Tal era la heredad de los hijos de José: Manasés y Efraín. (Josué 16, 4)

  • Éste es el territorio que tocó en suerte a la tribu de Manasés, el primogénito de José. A Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, hombre de guerra, le cayó en suerte Galaad y Basán. (Josué 17, 1)

  • Los hijos de José dijeron a Josué: "¿Cómo nos has dado en heredad una sola parte, una sola porción, siendo un pueblo numeroso, al que el Señor ha bendecido hasta ahora?". (Josué 17, 14)

  • Los hijos de José replicaron: "La montaña no nos basta; pero los cananeos que viven en la llanura tienen carros de hierro, lo mismo que los de Betsán y sus aldeas y los de la llanura de Yezrael". (Josué 17, 16)

  • Josué respondió a los hijos de José, a Efraín y Manasés: "Vosotros sois un pueblo numeroso y vuestra fuerza es grande; no tendréis una sola parte, (Josué 17, 17)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina