Encontrados 78 resultados para: vuelto

  • Los mensajeros regresaron, y Ocozías les preguntó: "¿Por qué os habéis vuelto?". (II Reyes 1, 5)

  • con el fin de traer con nosotros el arca de nuestro Dios, de la que no nos hemos vuelto a ocupar desde los tiempos de Saúl". (I Crónicas 13, 3)

  • El mes segundo del año segundo de su llegada al templo de Dios en Jerusalén, Zorobabel, hijo de Sealtiel; Josué, hijo de Yosadac, con el resto de sus hermanos, sacerdotes y levitas, y todos los que habían vuelto del destierro a Jerusalén, pusieron manos a la obra y encargaron a los levitas de veinte años para arriba la dirección de los trabajos del templo del Señor. (Esdras 3, 8)

  • Cuando los enemigos de Judá y Benjamín se enteraron de que los que habían vuelto del destierro estaban reconstruyendo el templo del Señor, Dios de Israel, (Esdras 4, 1)

  • Mi Dios me inspiró la idea de reunir a los nobles, a los prefectos y al pueblo para hacer el censo. Tomé el libro del registro genealógico de los que habían vuelto la primera vez, y encontré escrito en él lo siguiente: (Nehemías 7, 5)

  • Me enteré también de que no se habían vuelto a entregar las porciones de los levitas, y que los levitas y los cantores encargados del servicio habían tenido que irse cada uno a su campo. (Nehemías 13, 10)

  • Ana se echó al cuello de su hijo, exclamando: "Te he vuelto a ver, hijo mío; ahora ya puedo morir". Y lloraba. (Tobías 11, 9)

  • Hacía poco que habían vuelto del destierro, que el pueblo judío se había reunificado y que los objetos del culto, el altar y el templo habían sido purificados de su profanación. (Judit 4, 3)

  • yo me he vuelto el escarnio de la gente, alguien a quien en la cara se le escupe. (Job 17, 6)

  • Tienen horror de mí todos mis íntimos, los que yo amaba se han vuelto contra mí. (Job 19, 19)

  • Te has vuelto cruel para conmigo, con mano desplegada en mí te cebas. (Job 30, 21)

  • Y, con todo, ¿he vuelto yo la mano contra el pobre cuando en su angustia clemencia suspiraba? (Job 30, 24)


“O Senhor nos dá tantas graças e nós pensamos que tocamos o céu com um dedo. Não sabemos, no entanto, que para crescer precisamos de pão duro, das cruzes, das humilhações, das provações e das contradições.” São Padre Pio de Pietrelcina