32. Yavé hace recaer su sangre en su cabeza, ya que él asesinó a dos hombres buenos y mejores que él, sin que mi padre David lo supiera: a Abner, hijo de Ner, jefe del ejército de Israel, y a Amasá, hijo de Jeter, jefe del ejército de Judá.





“Diante de Deus ajoelhe-se sempre.” São Padre Pio de Pietrelcina