2º Carta a los Corintios, 2
15. Si Cristo es la víctima, nosotros somos la fragancia que sube del sacrificio hacia Dios, y la perciben tanto los que se salvan como los que se pierden.
15. Si Cristo es la víctima, nosotros somos la fragancia que sube del sacrificio hacia Dios, y la perciben tanto los que se salvan como los que se pierden.
“Viva feliz. Sirva ao Senhor alegremente e com o espírito despreocupado.” São Padre Pio de Pietrelcina