8. No endurezcan sus corazones como nuestros padres, sino que den la mano a Yavé, vengan a su santuario que él ha santificado para siempre, sirvan a Yavé, nuestro Dios, y el furor de su ira se apartará de ustedes.





O maldito “eu” o mantém apegado à Terra e o impede de voar para Jesus. São Padre Pio de Pietrelcina