22. David les respondió: «Mientras el niño vivía ayuné y lloré, pues me decía: ¿Quién sabe si Yavé tendrá compasión de mí y el niño no morirá?





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina