7. Sacrificarás la víctima de la Pascua por la tarde, a la puesta del sol, a la hora que saliste de Egipto. La asarás y la comerás en el lugar elegido por Yavé, tu Dios, y luego, por la mañana te volverás a tu casa.





“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina