Evangelio según San Juan, 10
27. Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen,
27. Mis ovejas escuchan mi voz y yo las conozco. Ellas me siguen,
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina