22. Mientras, los trescientos israelitas seguían tocando. Yavé hizo que por todo el campamento los madianitas se mataran entre sí. Los que lograron huir fueron hasta Bet-Hassita, hacia Sareda, y hasta la orilla de Abel Mejulá, frente a Tabat.





“Um dia você verá surgir o infalível triunfo da justiça Divina sobre a injustiça humana”. São Padre Pio de Pietrelcina