Gefunden 379 Ergebnisse für: �Aquí
Samuel tomó entonces una piedra y la puso entre Mizpá y Jesana y dio a aquel lugar el nombre de Ebena-Ezer, es decir, «piedra del socorro», diciendo: «Hasta aquí nos ha socorrido Yavé.» (1 Samuel 7, 12)
Cuando Saúl subía con su muchacho por la cuesta de la ciudad de Ramá, encontraron a unas muchachas que salían a buscar agua y les preguntaron: «¿Está aquí el vidente?» ( (1 Samuel 9, 11)
Ellas le respondieron: «Sí, aquí está el vidente. Acaba de llegar para ofrecer hoy mismo un sacrificio por el pueblo en la loma. (1 Samuel 9, 12)
Habían bajado hasta las afueras de la ciudad cuando Samuel dijo a Saúl: «Dile a tu muchacho que siga caminando; tú, en cambio, detente aquí, pues tengo que comunicarte un recado de parte de Dios.» (1 Samuel 9, 27)
Ahora, mientras ustedes me tienen aquí, digan en presencia de Yavé y de su rey: ¿A quién le he llevado su buey o su burro? ¿A quién he engañado o maltratado? ¿Quién me ha sobornado con dinero? Que lo digan y lo devolveré.» (1 Samuel 12, 3)
Aquí tienen a su rey. Ya ven cómo el Señor les ha dado el rey que ustedes escogieron y pidieron. ¡Ojalá teman a Yavé, lo sirvan y escuchen su voz, y no se rebelen contra sus órdenes! (1 Samuel 12, 13)
Avisaron a Saúl: «El pueblo está pecando contra Yavé, al comer al lado de la sangre.» Saúl dijo: «Ustedes son unos traidores: traigan rodando hasta aquí una piedra grande.» (1 Samuel 14, 33)
Entonces dijo Saúl: «Acérquense aquí todos los jefes del pueblo, averigüen en qué consistió el pecado de hoy. (1 Samuel 14, 38)
Preguntó, pues, Samuel a Jesé: «¿Están aquí todos tus hijos?» El contestó: «Falta el más pequeño, que está cuidando las ovejas.» Samuel le dijo: «Anda a buscarlo, pues no nos sentaremos a comer hasta que él haya venido.» (1 Samuel 16, 11)
Eliab, su hermano mayor, al oírlo hablar así con la gente, se indignó contra David y le dijo: «¿Por qué has venido aquí y a quién dejaste el rebaño en el desierto? Conozco tu atrevimiento y tu maldad. (1 Samuel 17, 28)
Respondió el sacerdote: «Ahí está la espada de Goliat, el filisteo que mataste en el valle del Terebinto. Está envuelta en un paño detrás del efod; si deseas, tómala; porque aquí no hay más que ésa.» Dijo David: «Dámela, no hay otra como ella.» (1 Samuel 21, 10)
Cuando estuvieron todos en presencia del rey, Ajimelec se presentó diciendo: «Aquí me tienes, señor.» (1 Samuel 22, 12)