Gefunden 139 Ergebnisse für: árbol del conocimiento

  • Planten ustedes un árbol bueno, y su fruto será bueno; planten un árbol dañado, y su fruto será malo. Porque el árbol se conoce por sus frutos. (Evangelio según San Mateo 12, 33)

  • Es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece, se hace más grande que las plantas de huerto. Es como un árbol, de modo que las aves vienen a posarse en sus ramas.» (Evangelio según San Mateo 13, 32)

  • El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no dé buen fruto será cortado y arrojado al fuego.» (Evangelio según San Lucas 3, 9)

  • No hay árbol bueno que dé frutos malos, ni tampoco árbol malo que dé frutos buenos. (Evangelio según San Lucas 6, 43)

  • Cada árbol se conoce por sus frutos. No se recogen higos de los espinos ni se sacan uvas de las zarzas. (Evangelio según San Lucas 6, 44)

  • El Señor respondió: «Si ustedes tienen un poco de fe, no más grande que un granito de mostaza, dirán a ese árbol: Arráncate y plántate en el mar, y el árbol les obedecerá. (Evangelio según San Lucas 17, 6)

  • Entonces se adelantó corriendo y se subió a un árbol para verlo cuando pasara por allí. (Evangelio según San Lucas 19, 4)

  • Porque si así tratan al árbol verde, qué harán con el seco?» (Evangelio según San Lucas 23, 31)

  • maestro de los que no saben, el que enseña a los pequeños, y posees en la Ley todo lo esencial, y las normas del conocimiento y de la verdad. (Carta a los Romanos 2, 20)

  • Ves que algunas ramas han sido cortadas, mientras que a ti te tomaron de un árbol silvestre para injertarte en el árbol bueno de ellos, beneficiándote así de la raíz y de la savia del olivo. (Carta a los Romanos 11, 17)

  • Personalmente estoy convencido, hermanos, de que también ustedes están llenos de buena voluntad, con un conocimiento auténtico, y que son capaces de instruirse mutuamente. (Carta a los Romanos 15, 14)

  • pues en él han llegado a ser ricos de mil maneras, recibiendo todos los dones de palabra y de conocimiento (1º Carta a los Corintios 1, 5)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina