Gefunden 13 Ergebnisse für: Ajimás

  • La esposa de Saúl se llamaba Ajínoam, hija de Ajimás. El jefe de su ejército se llamaba Abner, hijo de Ner, tío de Saúl; (1 Samuel 14, 50)

  • Tú y tu hijo Ajimás, junto con Abiatar y su hijo Jonatán, vuelvan en paz a Jerusalén. (2 Samuel 15, 27)

  • para que, a su vez, me lo transmitan a mí por intermedio de sus dos hijos Ajimás y Jonatán.» (2 Samuel 15, 36)

  • Jonatán y Ajimás estaban junto a la fuente de Roguel. Una sirvienta fue a avisarles para que ellos fueran a comunicarlo al rey, pues no podían dejarse ver entrando en la ciudad. (2 Samuel 17, 17)

  • Los servidores de Absalón entraron en la casa de la mujer y preguntaron: «¿Dónde están Ajimás y Jonatán?» Ella respondió: «Ya han pasado el estanque.» Se pusieron a buscarlos, pero como no los encontraron, se volvieron a Jerusalén. (2 Samuel 17, 20)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, dijo: «Déjame ir corriendo a anunciar al rey la buena noticia de que Yavé lo ha librado de manos de sus enemigos.» (2 Samuel 18, 19)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, insistió nuevamente y dijo a Joab: «Pase lo que pase, déjame correr tras el cusita.» Joab le respondió: «¿Por qué quieres correr, hijo mío? Esta noticia no te traerá recompensa.» (2 Samuel 18, 22)

  • Ajimás prosiguió: «No importa. Déjame ir.» Joab le replicó: «Bueno, anda.» Ajimás corrió por el camino de la llanura y adelantó al cusita. (2 Samuel 18, 23)

  • En este momento, el centinela dijo: «Por el modo de correr, el primero me parece Ajimás, hijo de Sadoc.» David respondió: «Es un hombre valioso; por tanto, trae buenas noticias.» (2 Samuel 18, 27)

  • Arrodillándose delante del rey, Ajimás le dijo: «Oh rey, bendigamos a Yavé, tu Dios, porque destruyó a los que se rebelaban contra ti.» (2 Samuel 18, 28)

  • David preguntó: «¿Está bien el joven Absalón? » Ajimás le contestó: «Cuando Joab me enviaba, vi un gran alboroto, pero no supe qué era.» (2 Samuel 18, 29)

  • Ajimas, en Neftalí; también él se casó con una hija de Salomón, llamada Basemat. (1 Reyes 4, 15)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina