Gefunden 63 Ergebnisse für: Firme

  • Mantente firme en tus convicciones y sé un hombre de palabra. (Sirácides (Eclesiástico) 5, 10)

  • Una decisión basada en la reflexión aguanta tanto como el estuco en un muro firme. (Sirácides (Eclesiástico) 22, 17)

  • La salud y una contextura firme valen más que todo el oro del mundo, y un cuerpo robusto más que una inmensa forturna. (Sirácides (Eclesiástico) 30, 15)

  • Luego mantente firme en la decisión que nacerá de ti, porque nadie merece más tu confianza. (Sirácides (Eclesiástico) 37, 13)

  • Finjas, hijo de Eleazar, es el tercero en gloria, porque temió al Señor y se mostró lleno de celo por él. Permaneció firme cuando el pueblo se rebeló: su voluntad no se doblegó, y así obtuvo el perdón para Israel. (Sirácides (Eclesiástico) 45, 23)

  • y se queda firme. Tú la guardas en paz porque confía en ti. (Isaías 26, 3)

  • Aquel día Yavé castigará con su espada firme, grande y pesada a la serpiente Leviatán, que siempre sale huyendo, a Leviatán, que es una serpiente astuta, y matará al dragón del mar. (Isaías 27, 1)

  • En vista de todo esto, el Señor Yavé les dice: Yomismo voy a colocar una piedra en Sión, una piedra escogida, una piedra angular,de gran valor y firme: «El que se apoye en ella, no se moverá.» (Isaías 28, 16)

  • ¿Acaso la estatua que fundió el artista, y que el joyero revistió de oro con cadenas de plata? (20 Un hábil escultor busca una palmera escogida y de allí saca madera que no se pudre para levantar una estatua bien firme.) (Isaías 40, 19)

  • Te mantendrás firme por la justicia y no tendrás que temer la opresión; el terror no se te acercará. (Isaías 54, 14)

  • Tú sacaste a tu pueblo Israel de Egipto, en medio de milagros y prodigios, actuando con mano firme y dando grandes golpes, provocando un gran terror. (Jeremías 32, 21)

  • Lloren por él todos ustedes, sus vecinos, ustedes, que conocían su fama. Digan: «¿Cómo ha sido roto este bastón tan firme, esta vara tan preciosa?» (Jeremías 48, 17)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina