Gefunden 85 Ergebnisse für: Fortaleza

  • Ten fortaleza y esforcémonos por nuestro pueblo y por las ciudades de nuestro Dios, que Yavé haga lo que le parezca bueno.» (1 Crónicas 19, 13)

  • Tuya, oh Yavé, es la realeza; tú estás por encima de todo. Te acompañan la gloria y las riquezas. Tú eres dueño de todo; en tu mano están el poder y la fortaleza y es tu mano la que todo lo engrandece y a todo da consistencia. (1 Crónicas 29, 12)

  • Dijo: «Yavé, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en el cielo y no dominas tú en todos los reinos de las naciones? En tu mano está el poder y la fortaleza sin que nadie pueda resistirte. (2 Crónicas 20, 6)

  • y encontró en Ecbatana, fortaleza situada en la provincia de Media, un rollo en que estaba escrito lo que sigue: (Esdras 6, 2)

  • Mira la muchedumbre de los asirios; están orgullosos de sus caballos y jinetes, alaban la fortaleza de sus infantes, confían en sus escudos y en sus lanzas, en sus arcos y en sus hondas, pero no reconocen que tú eres el Señor, el que decide las guerras. (Judit 9, 7)

  • Todos se habían ido de la carpa de Holofernes, y nadie, grande o pequeño, se había quedado en el dormitorio. Judit, de pie al lado de la cama, dijo interiormente: «Señor, Dios de toda fortaleza, favorece en esta hora lo que voy a hacer para gloria de Jerusalén. (Judit 13, 4)

  • Hace de la roca su mansión nocturna y de un picacho su fortaleza. (Job 39, 28)

  • El Señor es mi roca y mi fortaleza; es mi libertador y es mi Dios, es la roca que me da seguridad; es mi escudo y me da la victoria. (Salmos 18, 3)

  • Porque tú eres mi roca y mi fortaleza; por tu nombre me guías y diriges. (Salmos 31, 4)

  • Dios es nuestro refugio y fortaleza, socorro siempre a mano en momentos de angustia. (Salmos 46, 2)

  • "Miren al hombre que no hizo de Dios su fortaleza, sino que confió en sus muchas riquezas y se encastilló en su crimen". (Salmos 52, 9)

  • Sólo él es mi roca y mi salvador, si es mi fortaleza, no he de vacilar. (Salmos 62, 3)


“Quanto maiores forem os dons, maior deve ser sua humildade, lembrando de que tudo lhe foi dado como empréstimo.” São Padre Pio de Pietrelcina