Gefunden 38 Ergebnisse für: Guardias
De lejos, Judit gritó a los guardias de las puertas: «Abran, abran la puerta. El Señor, nuestro Dios, está con nosotros para hacer maravillas en Israel y desplegar su fuerza contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy.» (Judit 13, 11)
Este, mientras tanto, desempeñaba sus funciones en la Puerta Real. Fue entonces cuando descubrió la conspiración de Bigtán y Teres, dos guardias de palacio, para asesinar al rey. (Ester 2, 21)
Y entonces salió lo que Mardoqueo había hecho cuando denunció a los dos guardias de palacio que trataban de asesinar al rey. (Ester 6, 2)
Mardoqueo vivía en el palacio con dos guardias del rey. Como entrase en sospechas de que algo tramaban, les siguió la pista y descubrió que pensaban asesinar al rey. (Ester 12, 1)
Pero había un hombre que quería vengarse de Mardoqueo por el asunto de los dos guardias del rey; era un tal Amán, hijo de Hamedata, descendiente de Agag, favorito del rey. (Ester 12, 6)
Heliodoro, después de ofrecer al Señor un sacrificio y de orar largamente a Aquel que le había perdonado la vida, se despidió de Onías y volvió con sus guardias donde el rey. (2 Macabeos 3, 35)
Mataron al jefe de los guardias de Timoteo, hombre muy criminal que había hecho mucho mal a los judíos. (2 Macabeos 8, 32)
cuando tiemblen los guardias de la casa,y se encorven los porteros,cuando lo que queda de muelas deje de moler,y se queden ciegos los que miran detrás de las ventanas; (Eclesiastés (Qohelet) 12, 3)
Me encontraron los centinelas los que andan de ronda por la ciudad, me golpearon y me hirieron Me quitaron mi chal, los guardias de las murallas (Cantar 5, 7)
Sus guardias caerán por la espada y los sobrevivientes serán dispersados a los cuatro vientos: entonces sabrán que yo Yavé fui quien habló. (Ezequiel 17, 21)
tus guardias, como langosta, y tus funcionarios como enjambres de insectos que se posan en los cercos en un día de frío. Sale el sol y se van, se despliegan los pulgones, se vuelan y nadie sabe dónde. (Nahún 3, 17)
Trata de llegar a un acuerdo con tu adversario mientras van todavía de camino al juicio. ¿O prefieres que te entregue al juez, y el juez a los guardias que te encerrarán en la cárcel? (Evangelio según San Mateo 5, 25)