Gefunden 1230 Ergebnisse für: Hor

  • Jacob insistió: «Júramelo ahora mismo.» Y lo juró, vendiéndole sus derechos. (Génesis 25, 33)

  • Entonces Abimelec dijo a Isaac: «Márchate de aquí, pues ahora eres más poderoso que nosotros.» (Génesis 26, 16)

  • Se fue de allí a otra parte y mandó cavar otro pozo, y como esta vez nadie se peleó por él, le puso el nombre de Rejobot, pues dijo: «Por fin Yavé nos pone a nuestras anchas. Ahora sí que podremos prosperar en esta tierra.» (Génesis 26, 22)

  • Ahora, pues, hijo, escúchame y haz cuanto te diga. (Génesis 27, 8)

  • Esaú declaró: «Con razón le dieron el nombre de Jacob, pues me ha suplantado por segunda vez. Primero me quitó los derechos de primogénito, y ahora me ha quitado la bendición.» Esaü preguntó: «¿Y no me has reservado alguna bendición?» (Génesis 27, 36)

  • Por lo tanto, hijo mío, hazme caso y huye ahora mismo a Jarán, a la casa de mi hermano Labán., (Génesis 27, 43)

  • Que Dios te conceda la bendición de Abrahán, a ti y a tu descendencia, para que te hagas dueño de la tierra en que ahora vives, y que Dios dio a Abrahán.» (Génesis 28, 4)

  • Jacob les dijo: «Veo que el sol está todavía alto y que aún no es hora para guardar el ganado, ¿por qué no dan agua a sus ovejas y las llevan a pastar.» (Génesis 29, 7)

  • Entonces Jacob dijo a Labán: «Dame a mi esposa, pues se ha cumplido el plazo y ahora quiero vivir con ella.» (Génesis 29, 21)

  • Lía quedó embarazada y dio a luz un hijo, al que llamó Rubén, porque decía: «En verdad Yavé ha visto mi aflicción; ahora mi esposo me amará.» (Génesis 29, 32)

  • Volvió a quedar esperando y tuvo otro hijo; y esta vez dijo: «Ahora sí que me querrá mi marido, pues le he dado ya tres hijos.» Por eso lo llamó Leví. (Génesis 29, 34)

  • Le respondió Lía: «¿No te basta con haberme quitado el marido, que ahora quieres llevarte también las manzanas de mi hijo?» Raquel le dijo: «Muy bien, que duerma contigo esta noche, a cambio de las manzanas de tu hijo.» (Génesis 30, 15)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina