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Tomó después consigo a los judíos que había en Galilea y en Arbates, como también a sus mujeres e hijos, y todo cuanto tenían, y los llevó a Judea con gran alegría. (1 Macabeos 5, 23)
Hizo pasar a filo de espada a todos los varones, arrasó la ciudad y se llevó sus despojos. Luego atravesó la ciudad por encima de los cadáveres; (1 Macabeos 5, 51)
Mi marido no está en casa, salió de viaje a un lugar lejos de aquí; se llevó el dinero y no volverá a casa hasta la luna llena". (Proverbios 7, 19)
Me llevó a una bodega de vino: su divisa de amor estaba encima de mí. (Cantar 2, 4)
Su amor celoso lo llevó a tomar las armas mmoviliza al universo para castigar a sus enemigos (Sabiduría 5, 17)
La incapacidad natural del hombre se revela en su ignorancia de Dios. Todo lo que admiran por su valor no los llevó a conocer al Que es. ¡Se quedaron con las obras y no reconocieron al Artesano! (Sabiduría 13, 1)
No les bastó con tal error en el conocimiento de Dios. La ignorancia los llevó a tan grandes contradicciones que llegaron a considerar como normales los peores excesos: (Sabiduría 14, 22)
El rey Ezequías fortificó la ciudad y llevó el agua hasta dentro de sus murallas; cavó un túnel en la roca y construyó estanques para el agua. (Sirácides (Eclesiástico) 48, 17)
Ya no preguntan: ¿Dónde está Yavé, que nos hizo salir de Egipto y nos llevó a través del desierto, tierra de estepas y barrancas, tierra árida y tenebrosa, tierra sin habitantes y por donde no transita nadie? (Jeremías 2, 6)
Yavé me mostró dos canastos con higos, que estaban delante de su templo. Esto pasó después de que Nabucodonosor, rey de Babilonia, desterró a Jeconías, hijo de Joaquim, rey de Judá, y a los príncipes de Judá junto con los herreros y los cerrajeros, y los llevó a Babilonia, lejos de Jerusalén. (Jeremías 24, 1)
y de los cuales no se apoderó Nabucodonosor, rey de Babilonia, cuando se llevó cautivo a Jeconías ()y a todos los nobles de Judá y Jerusalén. (Jeremías 27, 20)
Jeremías le respondió: «Es falso, yo no me paso a los caldeos.» Pero el guardia no le hizo caso y lo llevó a los jefes. (Jeremías 37, 14)