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  • Y se pusieron a desacreditar la tierra que habían visitado. Les decían a los Israelitas: "La tierra que hemos explorado es una tierra que devora a sus habitantes. Los hombres que allí viven son muy altos. (Números 13, 32)

  • Quienes entrarán serán sus nietos, de los que dcían que serían reducidos a la esclavitud; ellos conocerán la tierra que ustedes menospreciaron. (Números 14, 31)

  • Todos los israelitas que estaban en los alrededores salieron huyendo y decían: "¡No vaya a tragarnos también la tierra!" (Números 16, 34)

  • Yavé dijo además a Aarón: Tú no tendrás territorio alguno en el país ni habrá parte alguna para ti en medio de tu pueblo. Porque yo mismo soy tu parte y tu heredad en medio de los Israelitas. (Números 18, 20)

  • Los levitas son quienes asegurarán el servicio de la Tienda de las Citas y cargarán con la falta si existiese: es una regla perpetua de generación en generación. Por eso no tendrán heredad entre los Israelitas. (Números 18, 23)

  • El diezmo que los israelitas separan en honor de Yavé, se los doy a los Levitas como parte de su herencia. Por eso les he dicho que no tendrán heredad entre los Israelitas. (Números 18, 24)

  • Salieron de allí y acamparon a orillas del torrente der Zered. (Números 21, 12)

  • Israel se apoderó de todas sus ciudades, los Israelitas se instalaron en todas las ciudades de los amoritas, en Jesbón y en sus alrededores. (Números 21, 25)

  • No necesitan magia en Jacob ni brujerías en Israel, porque a su debido tiempo se le predecirá a Jacob, a Israel, lo que Dios prepara. (Números 23, 23)

  • Hijos de Zabulón, por clanes: Sared y el clan saredita; Elón y el clan elonita; Yajleel y el clan yajleelita. (Números 26, 26)

  • Bet-Ninrá, Bet-Harán, y rediles para los rebaños. (Números 32, 36)

  • «Manda a los hijos de Israel que cedan a los levitas, algunas ciudades de la herencia que les pertenece, con lugares de pastoreo alrededor, para que puedan habitarlas. (Números 35, 2)


“Não desperdice suas energias em coisas que geram preocupação, perturbação e ansiedade. Uma coisa somente é necessária: elevar o espírito e amar a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina