Gefunden 71 Ergebnisse für: Viva

  • Samuel dijo al pueblo: «¿Ven al que eligió Yavé? Como él no hay nadie en todo el pueblo.» Y todos aclamaron: «¡Viva el rey!» (1 Samuel 10, 24)

  • Pues mientras viva éste, no estarán seguros tú, ni tu reino; así que manda a buscarlo y tráemelo acá; porque tiene que morir.» (1 Samuel 20, 31)

  • Jusay, el arquita, amigo de David, le vino a saludar: «¡Viva el rey!» (2 Samuel 16, 16)

  • ¡Viva Yavé! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Alabado sea Dios, mi Salvador!, (2 Samuel 22, 47)

  • Betsabé se arrodilló, inclinándose profundamente hasta el suelo, y exclamó: «¡Que viva por siempre mi señor, el rey David!» (1 Reyes 1, 31)

  • Pero, ¿será posible que Dios viva en medio de los hombres? Si los cielos invisibles no pueden contenerte, ¿cómo permanecerás en esta Casa que yo te he contruido? (1 Reyes 8, 27)

  • Entonces el sacerdote Joyada hizo salir al hijo del rey, le puso la corona y el brazalete, lo proclamó y lo consagró. Todos aplaudían, gritando y diciendo: «¡Viva el rey!» (2 Reyes 11, 12)

  • Entonces hicieron salir de allí al hijo del rey y le pusieron la corona y las cadenillas. Lo proclamaron rey; Joyadá y sus hijos lo ungieron y gritaron: «¡Viva el rey!» (2 Crónicas 23, 11)

  • Yo quedé indeciso. Y dije: «Viva por siempre el rey. ¿Cómo no he de tener tristeza, cuando la ciudad donde están las tumbas de mis padres se encuentra en ruinas, y sus puertas quemadas?» (Nehemías 2, 3)

  • ¡Viva Nabucodonosor, rey de toda la tierra, y viva su poder que te ha enviado para poner en el recto camino a todo viviente! Gracias a tu poder, no sólo los hombres le sirven, sino que hasta las bestias salvajes, los ganados y las aves del cielo viven para Nabucodonosor y toda su casa. (Judit 11, 7)

  • ¡Viva el Señor, que me protegió en mi empresa! Mi cara no encantó a ese hombre sino para perderlo, ya que no pecó conmigo; no me manchó ni me deshonró.» (Judit 13, 16)

  • ¡Viva el Señor! ¡Bendita sea mi Roca! ¡Ensalzado sea el Dios que me salva! (Salmos 18, 47)


"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina