Gefunden 16 Ergebnisse für: avergonzados

  • En cuanto David lo supo, man dó gente que los fuera a encontrar, con este mensaje: «Quédense en Jericó hasta que la bar ba les vuelva a crecer, y después volverán.» Pues esos hombres estaban muy avergonzados. (2 Samuel 10, 5)

  • David supo lo que les había pasado y envió gente a su encuentro ya que venían muy avergonzados. El rey dijo: «Quédense en Jericó hasta que les crezca la barba, y después vuelvan.» (1 Crónicas 19, 5)

  • Desde los días de nuestros padres hasta hoy hemos sido muy culpables; por nuestros crímenes fuimos entregados, nosotros, nuestros reyes y nuestros sacerdotes, en manos de los reyes extranjeros; fuimos destinados a la espada, a la cautividad, al saqueo; anduvimos avergonzados, al igual que hoy. (Esdras 9, 7)

  • Pero los habitantes de todas estas regiones despreciaron el mensaje de Nabucodonosor y no quisieron ir con él a la guerra, ya que no lo temían, sino que lo consideraban como un hombre cualquiera. Por tanto, despidieron a los mensajeros con las manos vacías y avergonzados. (Judit 1, 11)

  • Queden avergonzados y humillados, todos los que se ríen de mi desgracia. Queden cubiertos de infamia y de desprecio los que se alzan contra mí. (Salmos 35, 26)

  • ¡Queden avergonzados y humillados todos los que atentan contra mi vida; que retrocedan confundidos los que se alegran con mi desgracia! (Salmos 40, 15)

  • Queden avergonzados y humillados los que buscan mi muerte. Que retrocedan, confundidos, los que se alegran con mi desgracia. (Salmos 70, 3)

  • y tuvieron la buena idea de destruirlo, para no quedar avergonzados por él, por cuanto los paganos lo habían profanado. (1 Macabeos 4, 45)

  • Había entrado a una ciudad llamada Persépolis, pero, cuando pretendió saquear el templo y apoderarse de la ciudad, los habitantes se amotinaron y tomaron las armas contra él. Los del lugar echaron a Antíoco y a los suyos, que huyeron muy avergonzados. (2 Macabeos 9, 2)

  • Todos los que se lanzan contra ti serán avergonzados y humillados; tus adversarios serán reducidos a la nada y perecerán. (Isaías 41, 11)

  • Quedarán confundidos y humillados los fabricantes de ídolos, y se irán avergonzados. (Isaías 45, 16)

  • Sí, una queja llega desde Sión: «¡Ah, qué arruinados y avergonzados estamos! Tener que abandonar la patria y ver nuestras casas destruidas.» (Jeremías 9, 18)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina