Gefunden 537 Ergebnisse für: cielo abierto

  • Desde el cielo te hizo oír su voz, para que lo temas, y sobre la tierra viste su gran fuego: desde en medio del fuego oíste sus palabras, (Deuteronomio 4, 36)

  • Por tanto, reconoce ahora y trata de convencerte de que Yavé es el único Dios del cielo y de la tierra, y que no hay otro. (Deuteronomio 4, 39)

  • No te harás ídolos, no te harás figura alguna de las cosas que hay arriba en el cielo o aquí debajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. (Deuteronomio 5, 8)

  • Entregará sus reyes en tus manos para que borres sus nombres de debajo del cielo; nadie podrá resistir ante ti hasta que los hayas destruido. (Deuteronomio 7, 24)

  • Escucha, Israel: Hoy vas a pasar el Jordán para desalojar naciones más grandes y más fuertes que tú, con ciudades grandes cuyas murallas llegan hasta el cielo. (Deuteronomio 9, 1)

  • Déjame que lo destruya y borre su nombre de debajo del cielo. De ti, en cambio, haré nacer otra nación más numerosa y más grande que ésta.» (Deuteronomio 9, 14)

  • Cuando bajaron a Egipto, tus antepasados no eran más de setenta personas, y ahora Yavé, tu Dios, te ha hecho un pueblo numeroso como las estrellas del cielo. (Deuteronomio 10, 22)

  • sino que es tierra de montes y valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo. (Deuteronomio 11, 11)

  • Entonces tus días y los de tus hijos se prolongarán en la tierra que Yavé juró dar a tus padres, y permanecerás en ella mientras permanezca el cielo sobre la tierra. (Deuteronomio 11, 21)

  • si van a servir a otros dioses y se postran ante ellos, sean el sol, o la luna, o las estrellas del cielo, respecto a los cuales no te di ningún mandato, (Deuteronomio 17, 3)

  • El cielo que te cubre se volverá de bronce, y la tierra que pisas, de hierro. (Deuteronomio 28, 23)

  • En vez de lluvia, Yavé te mandará cenizas y polvo, que caerán del cielo hasta que te hayan barrido. (Deuteronomio 28, 24)


“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina