Gefunden 259 Ergebnisse für: comer maná

  • Al segundo día de la fiesta, se vio también desocupado el asiento de David. Entonces, Saúl dijo a su hijo Jonatán: «¿Por qué no ha venido a comer ayer ni hoy el hijo de Jesé?» (1 Samuel 20, 27)

  • Que el castigo por la muerte de Abner caiga sobre Joab y su descendencia. Que nunca falte entre ellos quien sufra de hemorragia o de lepra, o que se apoye en un bastón, o alguien que caiga bajo la espada o no tenga qué comer.» (2 Samuel 3, 29)

  • Urías le respondió: «El Arca, Israel y Judá viven en tiendas de cam paña; mi general Joab y sus oficiales acampan al aire libre; ¿cómo puedo yo ir a mi casa para comer, beber y dormir con mi esposa? Por Yavé y por tu vida, que no haré tal cosa.» (2 Samuel 11, 11)

  • Al otro día David lo invitó a comer y a beber con él, hasta que lo embriagó; pero por la tarde Urías no bajó a su casa, sino que durmió con los servidores del rey. (2 Samuel 11, 13)

  • Los ancianos de su corte iban a rogarle que se levan tara de ahí, pero él no les hacía caso y se negaba a comer con ellos. (2 Samuel 12, 17)

  • Yonadab le dijo: «Quédate en cama, y cuando tu padre vaya a visitarte, dile: Da permiso a mi hermana Tamar para que venga a darme de comer; que me pre pare algo aquí mismo, para que yo lo vea, y en seguida me lo sirva con sus propias manos.» (2 Samuel 13, 5)

  • David mandó decir a Tamar, que estaba en su departamento: «Anda a la casa de tu hermano Amnón, y prepárale algo de comer.» (2 Samuel 13, 7)

  • Cuando ella se acercó para darle de comer, él la tomó y le dijo: «Ven, hermana mía, acuéstate conmigo.» (2 Samuel 13, 11)

  • Ven a mi casa a comer algo.» (1 Reyes 13, 15)

  • ni puedo comer pan ni beber agua en este lugar, ni puedo volver por el mismo camino que he llegado, pues así me lo ordenó Yavé.» (1 Reyes 13, 17)

  • Subió Ajab a comer y beber, mientras que Elías subía a la cumbre del monte Carmelo, donde se postró con el rostro entre las rodillas. (1 Reyes 18, 42)

  • Se levantó, pues, para comer y beber, y con la fuerza que le dio aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta llegar al cerro de Dios, el Horeb. (1 Reyes 19, 8)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina