Gefunden 36 Ergebnisse für: enojado

  • Y dirás aquel día: «Te doy gracias, Yavé, porque estabas enojado conmigo, pero se te pasó el enojo y me levantaste. (Isaías 12, 1)

  • Yavé está enojado con todas las naciones y está enfurecido contra sus ejércitos. Los ha condenado a la destrucción, los ha entregado a la matanza. (Isaías 34, 2)

  • Me había enojado con mi pueblo y había rechazado a los míos. Los había entregado a tus manos, pero tú no tuviste compasión y, sobre el anciano, hiciste caer tu yugo aplastante. (Isaías 47, 6)

  • No voy a reclamar sin fin ni seguiré más enojado; pues a causa de mí se desmayarían el espíritu y las almas que yo he creado. (Isaías 57, 16)

  • Los extranjeros reedificarán tus muros y sus reyes te pagarán los gastos. Pues si bien cuando estuve enojado te pegué, llevado por mi buen corazón, me compadecí de ti. (Isaías 60, 10)

  • «Yo los reuniré de todos los países adonde los empujé cuando estaba tan enojado, indignado y encolerizado. Los haré regresar a este lugar y haré que vivan seguros en él. (Jeremías 32, 37)

  • Todo lo que le pasó a Jerusalén y a Judá fue porque Yavé se había enojado tanto con ellos que acabó por echarlos de su presencia. (Jeremías 52, 3)

  • - Yo sanaré su infidelidad, los amaré con todo el corazón pues ya no estoy enojado con ellos. (Oseas 14, 5)

  • Entonces Yavé le preguntó: «¿Te parece bien enojarte por este ricino?» Jonás respondió: «Sí, tengo razón para estar enojado hasta el punto de querer morir.» (Jonás 4, 9)

  • «Yavé estuvo muy enojado con los padres de ustedes; pero éste es el recado de Yavé de los Ejércitos: (Zacarías 1, 2)

  • por eso estoy muy enojado con las naciones orgullosas; pues si bien yo estaba disgustado con Jerusalén, no era para que ellas llegaran a tanto. (Zacarías 1, 15)

  • Entonces Jesús paseó sobre ellos su mirada, enojado y muy apenado por su ceguera, y dijo al hombre: «Extiende la mano.» El paralítico la extendió y su mano quedó sana. (Evangelio según San Marcos 3, 5)


“A maior caridade é aquela que arranca as pessoas vencidas pelo demônio, a fim de ganhá-las para Cristo. E isso eu faço assiduamente, noite e dia.” São Padre Pio de Pietrelcina