Gefunden 529 Ergebnisse für: espíritu humano

  • El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias: «Al vencedor le daré un maná misterioso. Le daré también una piedra blanca con un nombre nuevo grabado en ella que sólo conoce el que lo recibe.» (Apocalipsis 2, 17)

  • El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias. (Apocalipsis 2, 29)

  • El que tenga oídos, escuche este mensaje del Espíritu a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 6)

  • El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 13)

  • El que tenga oídos, oiga este mensaje del Espíritu a las Iglesias. (Apocalipsis 3, 22)

  • En ese mismo momento me tomó el Espíritu: vi un trono colocado en el cielo, y uno sentado en el trono. (Apocalipsis 4, 2)

  • Pero pasados los tres días y medio, un espíritu de vida procedente de Dios entró en ellos; se pusieron de pie, lo que provocó gran espanto entre los mirones. (Apocalipsis 11, 11)

  • El que sea inteligente, que interprete la cifra de la bestia. Es la cifra de un ser humano, y su cifra es 666. (Apocalipsis 13, 18)

  • Entonces oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe esto: Felices desde ahora los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, que descansen de sus fatigas, pues sus obras los acompañan.» (Apocalipsis 14, 13)

  • El ángel me llevó en espíritu al desierto: era una nueva visión. Había allí una mujer sentada sobre una bestia de color rojo, que tenía siete cabezas y diez cuernos. Esta bestia estaba cubierta de títulos y frases que ofendían a Dios. (Apocalipsis 17, 3)

  • Caí a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «No lo hagas, yo no soy más que un servidor como tú y como tus hermanos que transmiten las declaraciones de Jesús (son declaraciones de Jesús las que vienen del espíritu de los profetas). Sólo debes adorar a Dios.» (Apocalipsis 19, 10)

  • Me trasladó en espíritu a un cerro muy grande y elevado y me mostró la Ciudad Santa de Jerusalén, que bajaba del cielo de junto a Dios, (Apocalipsis 21, 10)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina