Gefunden 134 Ergebnisse für: lista de descendientes de Noé

  • (Los gabaonitas no pertenecían al pueblo de Israel, sino que eran descendientes de los amorreos. Habían hecho alianza con los israelitas y a pesar de ello, Saúl, en cierta ocasión, quiso exterminarlos, pensando hacer algo bueno para Israel y Judá.) (2 Samuel 21, 2)

  • Entréganos a siete de sus descendientes y los ahorcaremos en Gabaón ante Yavé.» David les dijo: «Se los entregaré.» (2 Samuel 21, 6)

  • En Gob hubo otra batalla contra los filisteos, en la que Sibekay de Jusa mató a Saf, otro de los descendientes de Rafá. (2 Samuel 21, 18)

  • Estos cuatro descendientes de Rafá habían nacido en Gat y cayeron en manos de David y sus servidores. (2 Samuel 21, 22)

  • cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían podido exterminar, les impuso trabajos forzados y les hizo pagar tributos, hasta el día de hoy. (1 Reyes 9, 21)

  • y te entregaré Israel y humillaré a los descendientes de David, pero no para siempre.» (1 Reyes 11, 39)

  • Jeroboam pensó: «El reino podría muy bien volver otra vez a los descendientes de David. (1 Reyes 12, 26)

  • Por eso mismo Yavé se encargará de dar un rey a Israel, y éste acabará con los descendientes de Jeroboam. (1 Reyes 14, 14)

  • Pero también la lepra de Naamán se pegará a ti y a todos tus descendientes para siempre.» Y Guejazí salió de su presencia con lepra blanca como la nieve. (2 Reyes 5, 27)

  • Sus descendientes son éstos: El primogénito de Ismael: Nebayot; después, Quedar, Abdeel, Mibsam, (1 Crónicas 1, 29)

  • Hijos de Jonatán: Pélet y Zazá. Estos fueron los descendientes de Jerajmeel. (1 Crónicas 2, 33)

  • las familias de los sofríes que habitaban en Jabés, los tiratíes, los simatíes, los sucatíes. Estos son quenitas descendientes de Jamat, padre de la familia de Recab. (1 Crónicas 2, 55)


“Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina