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  • Otro ángel, el que está encargado del fuego, salió del altar y gritó al que llevaba la hoz afilada: «Mete tu hoz afilada y cosecha los racimos de la viña de la tierra, porque ya están bien maduros.» (Apocalipsis 14, 18)

  • Estos cantan el cántico de Moisés, servidor de Dios, y el cántico del Cordero: Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios, Todopoderoso. Justicia y verdad guían tus pasos, oh Rey de las naciones. (Apocalipsis 15, 3)

  • ¿Quién no dará honor y gloria a tu Nombre, oh Señor? Tú solo eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque tus fallos se han dado a conocer. (Apocalipsis 15, 4)

  • Y Oí una voz potente que desde el Santuario gritaba a los siete ángeles: «Vayan y derramen sobre la tierra las siete copas del furor de Dios.» (Apocalipsis 16, 1)

  • Salió el primero, vació su copa sobre la tierra y se produjeron úlceras malignas y dolorosas en las personas que llevaban la marca de la bestia y se postraban ante su imagen. (Apocalipsis 16, 2)

  • Se produjeron relámpagos, retumbar de truenos y un violento terremoto. Nunca hubo terremoto tan violento como éste desde que hay hombres sobre la tierra. (Apocalipsis 16, 18)

  • La Gran Ciudad se abrió en tres partes y las ciudades de las naciones se desplomaron. Acababan de acordarse ante Dios de la Gran Babilonia y le iban a pasar la copa del vino puro de su ira. (Apocalipsis 16, 19)

  • con ella pecaron los reyes de la tierra, y los habitantes de la tierra se emborracharon con el vino de su idolatría.» (Apocalipsis 17, 2)

  • La mujer vestía ropas de púrpura y escarlata, y resplandecía de oro, piedras preciosas y perlas. Tenía en la mano una copa de oro llena de cosas repugnantes, que eran las impurezas y la lujuria de la tierra entera. (Apocalipsis 17, 4)

  • La bestia que has visto era, pero ya no es. Sube del abismo, pero camina hacia su perdición. Los habitantes de la tierra, cuyo nombre no fue escrito en el libro de la vida desde la creación del mundo, se asombrarán al descubrir que la bestia era, pero ya no es y pasa pronto. (Apocalipsis 17, 8)

  • El ángel prosiguió: «Las aguas que has visto, a cuyo borde está sentada la prostituta, representan pueblos, multitudes y naciones de todos los idiomas. (Apocalipsis 17, 15)

  • Después de esto vi bajar del cielo a otro ángel. Era tan grande su poder, que toda la tierra quedó iluminada por su resplandor. (Apocalipsis 18, 1)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina