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El que tenga oídos para oír, que oiga: (Apocalipsis 13, 9)
«El que está destinado a la cárcel, a la la cárcel irá; el que está destinado a morir a espada, a espada morirá.» Esta es la hora de la perseverancia y de la fe para los santos. (Apocalipsis 13, 10)
Estos son los que no se mancharon con mujeres: son vírgenes. Estos siguen al Cordero adondequiera que vaya; estos son como las primicias, pues han sido rescatados de entre los hombres para Dios y el Cordero. (Apocalipsis 14, 4)
No hay reposo, ni de día ni de noche, para los que adoran a la bestia y a su imagen, ni para quienes se dejan marcar con la marca de su nombre. El humo de su tormento se eleva por los siglos de los siglos. (Apocalipsis 14, 11)
Este es el tiempo de aguantar para los santos, para todos aquellos que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. (Apocalipsis 14, 12)
El sexto ángel derramó su copa en el gran río Eufrates, y sus aguas se secaron, dejando un paso libre para los reyes de oriente. (Apocalipsis 16, 12)
Estos son espíritus diabólicos que pueden hacer milagros, y se dirigen a los reyes del mundo entero para convocarlos para la batalla del gran día de Dios, el Todopoderoso. (Apocalipsis 16, 14)
Harán la guerra al Cordero, pero el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes, y con él vencerán los suyos, los llamados y elegidos y que se mantienen fieles.» (Apocalipsis 17, 14)
Porque Dios se vale de ellos para ejecutar su plan, y les ha inspirado la misma intención de poner sus fuerzas al servicio de la bestia hasta que se cumplan las palabras de Dios. (Apocalipsis 17, 17)
porque con el vino de su prostitución se han emborrachado todas las naciones; los reyes de la tierra pecaron con ella, y los comerciantes del mundo se hicieron ricos con ella, pues era buena para gastar.» (Apocalipsis 18, 3)
Dirán: «Ya no verás más las frutas que ansiabas. Se acabó para ti el lujo y esplendor, y jamás volverán.» (Apocalipsis 18, 14)
Caí a sus pies para adorarlo, pero él me dijo: «No lo hagas, yo no soy más que un servidor como tú y como tus hermanos que transmiten las declaraciones de Jesús (son declaraciones de Jesús las que vienen del espíritu de los profetas). Sólo debes adorar a Dios.» (Apocalipsis 19, 10)