Gefunden 1436 Ergebnisse für: viejo hombre

  • En cambio, el hombre espiritual lo juzga todo, y a él nadie lo puede juzgar. (1º Carta a los Corintios 2, 15)

  • Con este fin les envío a Timoteo, mi querido hijo, hombre digno de confianza en el Señor. El les recordará mis normas de vida cristiana, las mismas que enseño por todas partes y en todas las Iglesias. (1º Carta a los Corintios 4, 17)

  • entreguen ese hombre a Satanás; que vengan sobre él desgracias, pero que se salve el espíritu en el día del juicio. (1º Carta a los Corintios 5, 5)

  • Ustedes me han escrito sobre varios puntos: es algo excelente que un hombre no toque mujer alguna. (1º Carta a los Corintios 7, 1)

  • Pero no ignoren las exigencias del sexo; por eso, que cada hombre tenga su esposa y cada mujer su marido. (1º Carta a los Corintios 7, 2)

  • Respecto a los que se mantienen vírgenes, no tengo mandato alguno del Señor; pero los consejos que les doy son los de un hombre a quien el Señor en su bondad ha hecho digno de crédito. (1º Carta a los Corintios 7, 25)

  • Hablemos de la carne sacrificada a los ídolos. Todos, por supuesto, hemos alcanzado el saber; pero el saber infla al hombre, mientras que el amor edifica. (1º Carta a los Corintios 8, 1)

  • El varón no debe cubrirse la cabeza porque es imagen y reflejo de Dios, mientras que la mujer es reflejo del hombre. (1º Carta a los Corintios 11, 7)

  • El sentido común nos enseña que es vergonzoso para el hombre hacerse un peinado, (1º Carta a los Corintios 11, 14)

  • Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, dejé de lado las cosas de niño. (1º Carta a los Corintios 13, 11)

  • Un hombre trajo la muerte, y un hombre también trae la resurrección de los muertos. (1º Carta a los Corintios 15, 21)

  • Hablamos de carne, pero no es siempre la misma carne: una es la carne del hombre, otra la de los animales, otra la de las aves y otra la de los peces. (1º Carta a los Corintios 15, 39)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina