Gefunden 191 Ergebnisse für: Aceite de la Unción

  • El aceite y el perfume alegran el corazón, la dulzura del amigo consuela el alma. (Proverbios 27, 9)

  • el que la retiene, retiene viento y aceite encuentra su derecha. (Proverbios 27, 16)

  • De primera necesidad para la vida del hombre es el agua, el fuego, el hierro y la sal, la flor de harina de trigo, la leche y la miel, el jugo de uva, el aceite y el vestido. (Eclesiástico 39, 26)

  • De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana: golpes, magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con aceite. (Isaías 1, 6)

  • Se alegró Ezequías por ello y enseñó a los enviados su cámara del tesoro, la plata, el oro, los aromas, el aceite precioso, su arsenal y todo cuanto había en los tesoros; no hubo nada que Ezequías no les mostrara en su casa y en todo su dominio. (Isaías 39, 2)

  • Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas. Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol. (Isaías 57, 9)

  • para darles diadema en vez de ceniza, aceite de gozo en vez de vestido de luto, alabanza en vez de espíritu abatido. Se les llamará robles de justicia, plantación de Yahveh para manifestar su gloria. (Isaías 61, 3)

  • Vendrán y darán hurras en la cima de Sión y acudirán al regalo de Yahveh: al grano, al mosto, y al aceite virgen, a las crías de ovejas y de vacas, y será su alma como huerto empapado, no volverán a estar ya macilentos. (Jeremías 31, 12)

  • Por mi parte, aquí me tenéis establecido en Mispá, para responder a los caldeos que vengan a nosotros; y vosotros cosechad vino, mieses y aceite, metedlo en vuestras vasijas, y vivid en las ciudades que hayáis recuperado.» (Jeremías 40, 10)

  • Entre aquellos hombres hubo diez que dijeron a Ismael: «No nos mates, que en el campo tenemos escondites de trigo, cebada, aceite y miel.» Y no les mató como a sus hermanos. (Jeremías 41, 8)

  • Brillabas así de oro y plata, vestida de lino fino, de seda y recamados. Flor de harina, miel y aceite era tu alimento. Te hiciste cada día más hermosa, y llegaste al esplendor de una reina. (Ezequiel 16, 13)

  • Tomaste tus vestidos recamados y las recubriste con ellos; y pusiste ante ellas mi aceite y mi incienso. (Ezequiel 16, 18)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina