Gefunden 27 Ergebnisse für: Llegada

  • Al enterarse Timoteo de la llegada de Judas, mandó por delante las mujeres, los niños y el resto de la impedimenta al sitio llamado Carnión; pues era un lugar inexpugnable y de acceso difícil, por la angostura de todos sus pasos. (II Macabeos 12, 21)

  • Simón, hermano de Judas, había entablado combate con Nicanor, pero, a causa de la repentina llegada de los enemigos, sufrió un ligero revés. (II Macabeos 14, 17)

  • Otros no recibieron a unos desconocidos a su llegada. pero éstos redujeron a esclavitud a huéspedes bienhechores. (Sabiduría 19, 14)

  • Llegada la hora levántate, no te rezagues, ve corriendo a casa, no te hagas el remolón. (Eclesiástico 32, 11)

  • Todos hallan contento en hacer su mandato, en la tierra están prontos para su menester, y llegada la ocasión no traspasarán su orden. (Eclesiástico 39, 31)

  • Y si acaso te dicen: «¿Por qué esos gemidos?», dirás: «Por causa de una noticia a cuya llegada todos los corazones desfallecerán, desmayarán todos los brazos, todos los espíritus se amilanarán, y todas las rodillas se irán en agua. Ved que ya llega; es cosa hecha, oráculo del Señor Yahveh.» (Ezequiel 21, 12)

  • Llegada la mañana, todos los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo celebraron consejo contra Jesús para darle muerte. (Mateo 27, 1)

  • Llegada la hora sexta, hubo oscuridad sobre toda la tierra hasta la hora nona. (Marcos 15, 33)

  • A su llegada reunieron a la Iglesia y se pusieron a contar todo cuanto Dios había hecho juntamente con ellos y cómo había abierto a los gentiles la puerta de la fe. (Hechos 14, 27)

  • Los hermanos, informados de nuestra llegada, salieron a nuestro encuentro hasta el Foro Apio y Tres Tabernas. Pablo, al verlos, dio gracias a Dios y cobró ánimos. (Hechos 28, 15)

  • Pero el Dios que consuela a los humillados, nos consoló con la llegada de Tito, (II Corintios 7, 6)

  • y no sólo con su llegada, sino también con el consuelo que le habíais proporcionado, comunicándonos vuestra añoranza, vuestro pesar, vuestro celo por mí hasta el punto de colmarme de alegría. (II Corintios 7, 7)


“O temor e a confiança devem dar as mãos e proceder como irmãos. Se nos damos conta de que temos muito temor devemos recorrer à confiança. Se confiamos excessivamente devemos ter um pouco de temor”. São Padre Pio de Pietrelcina