Gefunden 175 Ergebnisse für: Muerto

  • Entregaba el tercer diezmo a los huérfanos, a las viudas y a los prosélitos que vivían con los israelitas; se lo llevaba y entregaba cada tres años, celebrando una comida con ellos conforme a lo que se prescribe en la Ley de Moisés y conforme a los preceptos que me dio Débora, madre de nuestro padre Ananiel, pues mi padre había muerto dejándome huérfano. (Tobías 1, 8)

  • Muerto Salmanasar, le sucedió en el trono su hijo Senaquerib; en su reinado, los caminos de Media se hicieron inseguros y no pude volver allí. (Tobías 1, 15)

  • Entró el ángel y Tobit se adelantó a saludarle; el ángel contestó: «Que disfrutes de mucha alegría.» Replicó Tobit: «¿Qué alegría puedo disfrutar ya? Estoy ciego y no puedo ver la luz del cielo; yazgo en tinieblas como los muertos, que no contemplan la luz; vivo como un muerto; oigo la voz de los hombres, pero no los veo.» Le dijo el ángel: «Ten confianza, que Dios te curará dentro de poco. Ten confianza.» Tobit le dijo: «Mi hijo Tobías quiere ir a Media. ¿Puedes ir con él y servirle de guía? Yo te daría tu salario, hermano.» El respondió: «Puedo ir con él, pues conozco al detalle todos los caminos y he viajado a Media con frecuencia; he recorrido todos sus llanos y sus montes y tengo conocimiento de todas sus rutas.» (Tobías 5, 10)

  • Tobías respondió a Rafael: «Hermano Azarías, he oído decir que ya ha sido dada a siete maridos y que todos han muerto la noche de bodas; que cuando entraban donde ella, morían; también he oído decir que un demonio los mataba; (Tobías 6, 14)

  • porque se decía: «No sea que haya muerto y nos sirva de mofa y escarnio.» (Tobías 8, 10)

  • y le dijo: «Manda a una criada que entre a ver si vive; y si ha muerto, le enterraremos sin que nadie se entere.» (Tobías 8, 12)

  • Luego, tomarás la mitad de todo cuanto aquí poseo y te volverás con felicidad a casa de tu padre. Cuando mi mujer y yo hayamos muerto, también será para vosotros la otra mitad. Ten confianza, hijo; yo soy tu padre y Edna tu madre; junto a ti estaremos y junto a tu hermana desde ahora en adelante. Ten confianza, hijo.» (Tobías 8, 21)

  • pensó: «¿Habrá algo que le retenga allí? ¡Acaso haya muerto Gabael y no haya nadie que le entregue el dinero!» (Tobías 10, 2)

  • Ana, su mujer, decía: «Mi hijo ha muerto y ya no se cuenta entre los vivos.» Y rompió a llorar y a lamentarse por su hijo, diciendo: (Tobías 10, 4)

  • Ella le replicó: «Déjame, no intentes engañarme. Mi hijo ha muerto.» Y todos los días se iba a mirar el camino por donde su hijo había marchado. No creía a nadie. Y cuando se ponía el sol, entraba en casa y pasaba las noches gimiendo y llorando, sin poder dormir. (Tobías 10, 7)

  • Su marido Manasés, de la misma tribu y familia que ella, había muerto en la época de la recolección de la cebada. (Judit 8, 2)

  • Como nadie respondía, apartó la cortina, entró en el dormitorio, y lo encontró tendido sobre el umbral muerto y decapitado. (Judit 14, 15)


“Vive-se de fé, não de sonhos.” São Padre Pio de Pietrelcina