Gefunden 267 Ergebnisse für: Puerta

  • Se levantó el rey y vino a sentarse a la puerta. Se avisó a todo el ejército: «El rey está sentado a la puerta», y todo el ejército se presentó ante el rey. Israel había huido cada uno a su tienda. (II Samuel 19, 9)

  • David expresó este deseo: «¡Quién me diera a beber agua de la cisterna que hay a la puerta de Bélen!» (II Samuel 23, 15)

  • Rompieron entonces los Tres héroes por el campamento de los filisteos y sacaron agua de la cisterna que hay a la puerta de Bélen, se la llevaron y la ofrecieron a David, pero él no quiso beberla, sino que la derramó como libación a Yahveh, (II Samuel 23, 16)

  • Hizo la puerta del Debir con batientes de madera de acebuche, y el dintel y las jambas ocupaban la quinta parte; (I Reyes 6, 31)

  • Hizo lo mismo en la puerta del Hekal: los montantes de madera de acebuche que ocupaban la cuarta parte; (I Reyes 6, 33)

  • En oyendo Ajías el ruido de sus pasos, cuando entraba por la puerta, dijo: «Entra, mujer de Jeroboam. ¿Por qué quieres pasar por otra? Tengo un duro mensaje para ti. (I Reyes 14, 6)

  • Se levantó y se fue a Sarepta. Cuando entraba por la puerta de la ciudad había allí una mujer viuda que recogía leña. La llamó Elías y dijo: «Tráeme, por favor, un poco de agua para mí en tu jarro para que pueda beber.» (I Reyes 17, 10)

  • El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, estaban sentados cada uno en su trono, vestidos de gala, en la era que hay a la entrada de la puerta de Samaría, mientras que todos los profetas estaban en trance delante de ellos. (I Reyes 22, 10)

  • Entra luego y cierra la puerta tras de ti y tras de tus hijos, y vierte sobre todas esas vasijas, y las pones aparte a medida que se vayan llenando.» (II Reyes 4, 4)

  • Se fue ella de su lado y cerró la puerta tras de sí y tras de sus hijos; éstos le acercaban las vasijas y ella iba vertiendo. (II Reyes 4, 5)

  • Entró y cerró la puerta tras de ambos, y oró a Yahveh. (II Reyes 4, 33)

  • Estaba Eliseo sentado en su casa y los ancianos estaban sentados con él. El rey envió un hombre por delante, pero antes que llegara el mensajero a donde él, dijo él a los ancianos: «Habéis visto que este hijo de asesino ha mandado cortar mi cabeza. Mirad, cuando llegue el mensajero, cerrad la puerta y rechazadle con ella. ¿Acaso no se oye tras de él el ruido de los pasos de su señor?» (II Reyes 6, 32)


“Sejam como pequenas abelhas espirituais, que levam para sua colméia apenas mel e cera. Que, por meio de sua conversa, sua casa seja repleta de docilidade, paz, concórdia, humildade e piedade!” São Padre Pio de Pietrelcina