Gefunden 278 Ergebnisse für: Salomón

  • Aparecióse entonces Yahveh a Salomón por la noche y le dijo: «He oído tu oración, y me he elegido este lugar como Casa de sacrificio. (II Crónicas 7, 12)

  • Al cabo de los veinte años que empleó Salomón en edificar la Casa de Yahveh y su propia casa, (II Crónicas 8, 1)

  • Salomón marchó contra Jamat de Sobá y se apoderó de ella; (II Crónicas 8, 3)

  • y Baalat, con todas las ciudades de avituallamiento que pertenecían a Salomón, todas las ciudades de carros y las ciudades para los caballos, y todo cuanto quiso edificar en Jerusalén, en el Líbano y en toda la tierra de su dominio. (II Crónicas 8, 6)

  • cuyos descendientes habían quedado después de ellos en el país y a los que los israelitas no habían exterminado, hizo Salomón una leva que dura hasta el día de hoy. (II Crónicas 8, 8)

  • Pero no empleó Salomón a ninguno de los israelitas como esclavo para sus obras, sino como hombres de guerra, jefes y escuderos, comandantes de sus carros y de sus caballos. (II Crónicas 8, 9)

  • Los jefes de las guarniciones que tenía el rey Salomón eran 250, que gobernaban al pueblo. (II Crónicas 8, 10)

  • Salomón hizo subir a la hija de Faraón desde la Ciudad de David a la casa que había edificado para ella; pues se decía: «No debe habitar mujer mía en la casa de David, rey de Israel; porque los lugares donde ha estado el arca de Yahveh son sagrados.» (II Crónicas 8, 11)

  • Entonces empezó a ofrecer Salomón holocaustos a Yahveh sobre el altar de Yahveh, que había erigido delante del Ulam; (II Crónicas 8, 12)

  • Así fue dirigida toda la obra de Salomón, desde el día en que se echaron los cimientos de la Casa de Yahveh hasta su terminación. Así fue acabada la Casa de Yahveh. (II Crónicas 8, 16)

  • Entonces Salomón fue a Esyón Guéber y a Elat, a orillas del mar, en el país de Edom, (II Crónicas 8, 17)

  • y Juram le envió, por medio de sus siervos, navíos y marinos conocedores del mar, que fueron con los siervos de Salomón a Ofir, de donde tomaron 450 talentos de oro, que trajeron al rey Salomón. (II Crónicas 8, 18)


“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina