Gefunden 406 Ergebnisse für: Tiendas del Encuentro

  • Aarón y sus hijos los llevarán al entrar en la Tienda del Encuentro, o al acercarse al altar para oficiar en el Santuario, para que no incurran en culpa y mueran. Decreto perpetuo será éste para él y su posteridad. (Exodo 28, 43)

  • Mandarás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la Tienda del Encuentro, donde los bañarás con agua. (Exodo 29, 4)

  • Presentarás el novillo ante la Tienda del Encuentro, y Aarón y sus hijos impondrán las manos sobre la cabeza del novillo. (Exodo 29, 10)

  • Luego inmolarás el novillo delante de Yahveh, a la entrada de la Tienda del Encuentro. (Exodo 29, 11)

  • Por siete días las vestirá aquel de sus hijos que le suceda como sacerdote y entre en la Tienda del Encuentro para oficiar en el Santuario. (Exodo 29, 30)

  • Aarón y sus hijos comerán a la entrada de la Tienda del Encuentro la carne del carnero y el pan del canastillo. (Exodo 29, 32)

  • en holocausto perpetuo, de generación en generación, ante Yahveh, a la entrada de la Tienda del Encuentro, donde me encontraré contigo, para hablarte allí. (Exodo 29, 42)

  • Consagraré la Tienda del Encuentro y el altar, y consagraré también a Aarón y a sus hijos para que ejerzan mi sacerdocio. (Exodo 29, 44)

  • Haz una pila de bronce, con su base de bronce, para las abluciones. Colócala entre la Tienda del Encuentro y el altar, y echa agua en ella, (Exodo 30, 18)

  • Antes de entrar en la Tienda del Encuentro se han de lavar con agua para que no mueran; también antes de acercarse al altar para el ministerio de quemar los manjares que se abrasan en honor de Yahveh. (Exodo 30, 20)

  • Con él ungirás la Tienda del Encuentro y el arca del Testimonio, (Exodo 30, 26)

  • pulverizarás una parte que pondrás delante del Testimonio, en la Tienda del Encuentro, donde yo me encontraré contigo. Será para vosotros cosa sacratísima. (Exodo 30, 36)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina