Gefunden 49 Ergebnisse für: Trompetas

  • Cayeron luego rostro en tierra y a una señal dada por las trompetas, alzaron sus clamores al Cielo. (I Macabeos 4, 40)

  • Al ver que el ataque se había iniciado y que un inmenso griterío y sonido de trompetas se levantaba de la ciudad hasta el cielo, (I Macabeos 5, 31)

  • Y, ordenados en tres columnas, les hizo avanzar detrás del enemigo tocando las trompetas y gritando invocaciones. (I Macabeos 5, 33)

  • El rey se levantó de madrugada y puso en marcha el ejército con todo su ímpetu por el camino de Bet Zacaría. Los ejércitos se dispusieron para entrar en batalla y se tocaron las trompetas. (I Macabeos 6, 33)

  • Les estuvieron persiguiendo un día entero, desde Adasá hasta llegar a Gázara, dando aviso tras ellos con el sonido de las trompetas. (I Macabeos 7, 45)

  • Báquides ocupaba el ala derecha. La falange se acercó por los dos lados y tocaron las trompetas. Los que estaban con Judas tocaron también las suyas, (I Macabeos 9, 12)

  • Tocaron las trompetas y Cendebeo y su ejército salieron derrotados. Muchos de ellos cayeron heridos de muerte y los que quedaron huyeron en dirección a la fortaleza. (I Macabeos 16, 8)

  • Mientras la gente de Nicanor avanzaba al son de trompetas y cantos de guerra, (II Macabeos 15, 25)

  • Entonces prorrumpían en gritos los hijos de Aarón, tocaban con sus trompetas de metal batido, hacían oír su sonido imponente, como memorial delante del Altísimo. (Eclesiástico 50, 16)

  • Vi entonces a los siete Angeles que están en pie delante de Dios; les fueron entregadas siete trompetas. (Apocalipsis 8, 2)

  • Los siete Angeles de las siete trompetas se dispusieron a tocar. (Apocalipsis 8, 6)

  • Y seguí viendo: Oí un Aguila que volaba por lo alto del cielo y decía con fuerte voz: «¡Ay, ay, ay de los habitantes de la tierra, cuando suenen las voces que quedan de las trompetas de los tres Angeles que van a tocar!» (Apocalipsis 8, 13)


“É difícil tornar-se santo. Difícil, mas não impossível. A estrada da perfeição é longa, tão longa quanto a vida de cada um. O consolo é o repouso no decorrer do caminho. Mas, apenas restauradas as forças, é necessário levantar-se rapidamente e retomar a viagem!” São Padre Pio de Pietrelcina