Gefunden 372 Ergebnisse für: bajó

  • dijo el rey al profeta Natán: «Mira; yo habito en una casa de cedro mientras que el arca de Dios habita bajo pieles.» (II Samuel 7, 2)

  • Pero Urías se acostó a la entrada de la casa del rey, con la guardia de su señor, y no bajó a su casa. (II Samuel 11, 9)

  • le invitó David a comer con él y le hizo beber hasta emborracharse. Por la tarde salió y se acostó en el lecho, con la guardia de su señor, pero no bajó a su casa. (II Samuel 11, 13)

  • Absalón se topó con los veteranos de David. Iba Absalón montado en un mulo y el mulo se metió bajo el ramaje de una gran encina. La cabeza de Absalón se trabó y quedó en la encina colgado entre el cielo y la tierra, mientras que el mulo que estaba debajo de él siguió adelante. (II Samuel 18, 9)

  • También Meribbaal, hijo de Saúl, bajó al encuentro del rey. No había aseado sus pies ni sus manos, no había cuidado su bigote ni había lavado sus vestidos desde el día en que se marchó el rey hasta el día en que volvió en paz. (II Samuel 19, 25)

  • David entró en su casa de Jerusalén; tomó el rey las diez concubinas que había dejado para guardar la casa y las puso bajo custodia. Proveyó a su mantenimiento, pero no se acercó a ellas y estuvieron encerradas hasta el día de su muerte, como viudas de por vida. (II Samuel 20, 3)

  • Hubo otra guerra de los filisteos contra Israel. Bajó David con sus veteranos y atarcaron a los filisteos. David estaba extenuado. (II Samuel 21, 15)

  • La tierra fue sacudida y vaciló, las bases de los cielos retemblaron. Vacilaron bajo su furor. (II Samuel 22, 8)

  • El inclinó los cielos y bajó, un espeso nublado debajo de sus pies. (II Samuel 22, 10)

  • Para el combate de fuerza me ciñes, doblegas bajo mí a mis agresores, (II Samuel 22, 40)

  • Benaías, hijo de Yehoyadá, hombre valeroso y pródigo en hazañas, de Cabseel, fue el que mató a los dos héroes de Moab; el que bajó y mató al león dentro del pozo, un día de nieve. (II Samuel 23, 20)

  • Mató también a un egipcio de gran estatura; tenía el egipcio una lanza en su mano, pero él bajó a su encuentro con un bastón, arrancó la lanza de la mano del egipcio y con su misma lanza le mató. (II Samuel 23, 21)


“Desapegue-se daquilo que não é de Deus e não leva a Deus”. São Padre Pio de Pietrelcina