Gefunden 212 Ergebnisse für: confesión de pecados

  • De un hombre como él piedad no tiene, ¡y pide perdón por sus propios pecados! (Eclesiástico 28, 4)

  • El, que sólo es carne, guarda rencor, ¿quién obtendrá el perdón de sus pecados? (Eclesiástico 28, 5)

  • No se complace el Altísimo en ofrendas de impíos, ni por el cúmulo de víctimas perdona los pecados. (Eclesiástico 34, 19)

  • Así el hombre que ayuna por sus pecados y que vuelve otra vez a hacer lo mismo; su oración, ¿quién la escuchará? ¿de qué le ha servido el humillarse? (Eclesiástico 34, 26)

  • Aplica su corazón a ir bien de mañana donde el Señor su Hacedor; suplica ante el Altísimo, abre su boca en oración y por sus pecados suplica. (Eclesiástico 39, 5)

  • El Señor le perdonó sus pecados y exaltó su cuerno para siempre: le otorgó la alianza real, un trono de gloria en Israel. (Eclesiástico 47, 11)

  • Y Jeroboam, hijo de Nabat, fue el que hizo pecar a Israel, y señaló a Efraím el camino del pecado. Desde entonces se multiplicaron sus pecados tanto que expulsaron al pueblo de su tierra. (Eclesiástico 47, 24)

  • Con todo esto, el pueblo no se arrepintió, ni de sus pecados se apartaron, hasta que fueron deportados de la tierra y esparcidos por el mundo entero. (Eclesiástico 48, 15)

  • Sólo quedó un pueblo reducido, con un príncipe de la casa de David. Algunos de ellos hicieron lo agradable a Dios, pero otros multiplicaron los pecados. (Eclesiástico 48, 16)

  • Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán. (Isaías 1, 18)

  • La expresión de su rostro les denuncia, y sus pecados como Sodoma manifiestan, no se ocultan. ¡Ay de ellos, porque han merecido su propio mal! (Isaías 3, 9)

  • Entonces mi amargura se trocará en bienestar, pues tú preservaste mi alma de la fosa de la nada, porque te echaste a la espalda todos mis pecados. (Isaías 38, 17)


“Que Nossa Mãe do Céu tenha piedade de nós e com um olhar maternal levante-nos, purifique-nos e eleve-nos a Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina