Gefunden 30 Ergebnisse für: herida

  • Será la luz de la luna como la luz del sol meridiano, y la luz del sol meridiano será siete veces mayor - con luz de siete días - el día que vende Yahveh la herida de su pueblo y cure la contusión de su golpe. (Isaías 30, 26)

  • Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá. (Isaías 58, 8)

  • - «¡Ay de mí, por mi quebranto! ¡me duele la herida! Y yo que decía: "Ese es un sufrimiento, pero me lo aguantaré"... (Jeremías 10, 19)

  • ¿Por qué ha resultado mi penar perpetuo, y mi herida irremediable, rebelde a la medicina? ¡Ay! ¿serás tú para mí como un espejismo, aguas no verdaderas? (Jeremías 15, 18)

  • Porque así dice Yahveh: Irremediable es tu quebranto, incurable tu herida. (Jeremías 30, 12)

  • Estás desahuciado; para una herida hay cura, para ti no hay remedio. (Jeremías 30, 13)

  • Todos tus amantes te olvidaron, por tu salud no preguntaron. Porque con herida de enemigo te herí, castigo de hombre cruel, (por tu gran culpa, porque son enormes tus pecados). (Jeremías 30, 14)

  • Hijo de hombre, yo he roto el brazo de Faraón, rey de Egipto, y he aquí que nadie ha curado su herida aplicándole medicamentos y vendas para curarle, de modo que recobre el vigor para empuñar la espada. (Ezequiel 30, 21)

  • No habéis fortalecido a las ovejas débiles, no habéis cuidado a la enferma ni curado a la que estaba herida, no habéis tornado a la descarriada ni buscado a la perdida; sino que las habéis dominado con violencia y dureza. (Ezequiel 34, 4)

  • Buscaré la oveja perdida, tornaré a la descarriada, curaré a la herida, confortaré a la enferma; pero a la que está gorda y robusta la exterminaré: las pastorearé con justicia. (Ezequiel 34, 16)

  • El rey entonces se alegró mucho y mandó sacar a Daniel del foso. Sacaron a Daniel del foso y no se le encontró herida alguna, porque había confiado en su Dios. (Daniel 6, 24)

  • porque su herida es incurable, hasta Judá ha llegado, ha tocado hasta la puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. (Miqueas 1, 9)


“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina