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  • ¿Es acaso maldita la casa de Jacob? ¿Se ha cortado el soplo de Yahveh? ¿Es ése su proceder? ¿Es que no favorecen sus palabras a su pueblo Israel?» (Miqueas 2, 7)

  • Voy a reunir a Jacob todo entero, voy a recoger al Resto de Israel; los agruparé como ovejas en el aprisco, como rebaño en medio del pastizal, harán estrépito lejos de los hombres. (Miqueas 2, 12)

  • Yo dije: Escuchad, pues, jefes de Jacob, y dirigentes de la casa de Israel: ¿No es cosa vuestra conocer el derecho, (Miqueas 3, 1)

  • Yo, en cambio, estoy lleno de fuerza, por el espíritu de Yahveh, y de juicio y bravura, para denunciar a Jacob su delito, y a Israel su pecado. (Miqueas 3, 8)

  • Escuchad esto, jefes de la casa de Jacob, y dirigentes de la casa de Israel, que abomináis el juicio y torcéis toda rectitud, (Miqueas 3, 9)

  • ¡Y ahora, fortifícate, Fortaleza! ¡Se ha puesto asedio contra nosotros, con vara hieren en al mejilla al juez de Israel! (Miqueas 4, 14)

  • Mas tú, Belén Efratá, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño. (Miqueas 5, 1)

  • Por eso él los abandonará hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel. (Miqueas 5, 2)

  • ¡Escuchad, montes, el pleito de Yahveh, prestad oído, cimientos de la tierra, pues Yahveh tiene pleito con su pueblo, se querella contra Israel: (Miqueas 6, 2)

  • Pues Yahveh restablece la viña de Jacob, como la viña de Israel. Devastadores la habían devastado, habían destruido sus sarmientos. (Nahún 2, 3)

  • Por eso, ¡por mi vida - oráculo de Yahveh Sebaot, Dios de Israel - que Moab quedará como Sodoma, y los habitantes de Ammón como Gomorra: cardizal, mina de sal, desolación para siempre! El Resto de mi pueblo los saqueará, lo que quede de mi nación los heredará. (Sofonías 2, 9)

  • Sus príncipes, en medio de ella, son leones rugientes, sus jueces, lobos de la tarde, que no dejan un hueso para la mañana. (Sofonías 3, 3)


“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina