Gefunden 504 Ergebnisse für: maná del cielo

  • Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la gente fuego del cielo a la tierra; (Apocalipsis 13, 13)

  • Y oí un ruido que venía del cielo, como el ruido de grandes aguas o el fragor de un gran trueno; y el ruido que oía era como de citaristas que tocaran sus cítaras. (Apocalipsis 14, 2)

  • Luego vi a otro Angel que volaba por lo alto del cielo y tenía una buena nueva eterna que anunciar a los que están en la tierra, a toda nación, raza, lengua y pueblo. (Apocalipsis 14, 6)

  • Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.» (Apocalipsis 14, 7)

  • Luego oí una voz que decía desde el cielo: «Escribe: Dichosos los muertos que mueren en el Señor. Desde ahora, sí - dice el Espíritu -, que descansen de sus fatigas, porque sus obras los acompañan.» (Apocalipsis 14, 13)

  • Otro Angel salió entonces del Santuario que hay en el cielo; tenía también una hoz afilada. (Apocalipsis 14, 17)

  • Luego vi en el cielo otra señal grande y maravillosa: siete Angeles, que llevaban siete plagas, las últimas, porque con ellas se consuma el furor de Dios. (Apocalipsis 15, 1)

  • Después de esto vi que se abría en el cielo el Santuario de la Tienda del Testimonio, (Apocalipsis 15, 5)

  • No obstante, blasfemaron del Dios del cielo por sus dolores y por sus llagas, y no se arrepintieron de sus obras. (Apocalipsis 16, 11)

  • Y un gran pedrisco, con piedras de casi un talento de peso, cayó del cielo sobre los hombres. No obstante, los hombres blasfemaron de Dios por la plaga del pedrisco; porque fue ciertamente una plaga muy grande. (Apocalipsis 16, 21)

  • Después de esto vi bajar del cielo a otro Angel, que tenía gran poder, y la tierra quedó iluminada con su resplandor. (Apocalipsis 18, 1)

  • Luego oí otra voz que decía desde el cielo: «Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas. (Apocalipsis 18, 4)


“O Santo Sacrifício da Missa é o sufrágio mais eficaz, que ultrapassa todas as orações, as boas obras e as penitências. Infalivelmente produz seu efeito para vantagem das almas por sua virtude própria e imediata.” São Padre Pio de Pietrelcina