Gefunden 679 Ergebnisse für: país

  • Escuchad esta palabra que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que yo hice subir del país de Egipto: (Amós 3, 1)

  • Pregonad en los palacios de Asur, y en los palacios del país de Egipto; decid: ¡Congregaos contra los montes de Samaria, y ved cuántos desórdenes en ella, cuánta violencia en su seno! (Amós 3, 9)

  • ¿No sois vosotros para mí como hijos de kusitas, oh hijos de Israel? - oráculo de Yahveh - ¿No hice yo subir a Israel del país de Egipto, como a los filisteos de Kaftor y a los arameos de Quir? (Amós 9, 7)

  • Los del Négueb poseerán la montaña de Esaú, los de la Tierra Baja el país de los filisteos, poseerán la campiña de Efraím y la campiña de Samaria, y los de Benjamín poseerán Galaad. (Abdías 1, 19)

  • Entonces le dijeron: «Anda, indícanos tú, por quien nos ha venido este mal, cuál es tu oficio y de dónde vienes, cuál es tu país y de qué pueblo eres.» (Jonás 1, 8)

  • A las raíces de los montes descendí, a un país que echó sus cerrojos tras de mí para siempre, mas de la fosa tú sacaste mi vida, Yahveh, Dios mío. (Jonás 2, 7)

  • Ellos pastorearán el país de Asur con espada, y el país de Nemrod con acero. El nos librará de Asur, si invade nuestra tierra, y huella nuestro término. (Miqueas 5, 5)

  • ¿En que te hice subir del país de Egipto, y de la casa de servidumbre te rescaté, y mandé delante de ti a Moisés, Aarón y María? (Miqueas 6, 4)

  • Como en los días de tu salida del país de Egipto, hazme ver prodigios. (Miqueas 7, 15)

  • He ahí a tu pueblo: mujeres en medio de ti; a tus enemigos se abren enteras las puertas de tu país, el fuego ha devorado tus cerrojos. (Nahún 3, 13)

  • ¡Hala, hala, huid del país del Norte - oráculo de Yahveh, - ya que a los cuatro vientos del cielo os esparcí yo! - oráculo de Yahveh - (Zacarías 2, 10)

  • Yo dije: «¿Qué es?» Dijo: «Es la medida que sale.» Y añadió: «Esta es la culpa de ellos en todo el país.» (Zacarías 5, 6)


"Tente percorrer com toda a simplicidade o caminho de Nosso Senhor e não se aflija inutilmente.” São Padre Pio de Pietrelcina