Gefunden 323 Ergebnisse für: presencia divina

  • cómo entró en la Casa de Dios, en tiempos del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió los panes de la presencia, que sólo a los sacerdotes es lícito comer, y dio también a los que estaban con él?» (Marcos 2, 26)

  • cómo entró en la Casa de Dios, y tomando los panes de la presencia, que no es lícito comer sino sólo a los sacerdotes, comió él y dio a los que le acompañaban?» (Lucas 6, 4)

  • Jesús realizó en presencia de los discípulos otras muchas señales que no están escritas en este libro. (Juan 20, 30)

  • Y dicho esto, fue levantado en presencia de ellos, y una nube le ocultó a sus ojos. (Hechos 1, 9)

  • Ellos marcharon de la presencia del Sanedrín contentos por haber sido considerados dignos de sufrir ultrajes por el Nombre. (Hechos 5, 41)

  • El le miró fijamente y lleno de espanto dijo: «¿Qué pasa, señor?» Le respondió: «Tus oraciones y tus limosnas han subido como memorial ante la presencia de Dios. (Hechos 10, 4)

  • Al instante mandé enviados donde ti, y tú has hecho bien en venir. Ahora, pues, todos nosotros, en la presencia de Dios, estamos dispuestos para escuchar todo lo que te ha sido ordenado por el Señor.» (Hechos 10, 33)

  • Pero Festo, queriendo congraciarse con los judíos, preguntó a Pablo: «¿Quieres subir a Jerusalén y ser allí juzgado de estas cosas en mi presencia?» (Hechos 25, 9)

  • Diciendo esto, tomó pan, dio gracias a Dios en presencia de todos, lo partió y se puso a comer. (Hechos 27, 35)

  • Los nativos, cuando vieron el animal colgado de su mano, se dijeron unos a otros: «Este hombre es seguramente un asesino; ha escapado del mar, pero la justicia divina no le deja vivir.» (Hechos 28, 4)

  • Por el contrario, ante la promesa divina, no cedió a la duda con incredulidad; más bien, fortalecido en su fe, dio gloria a Dios, (Romanos 4, 20)

  • ahora bien, antes de haber nacido, y cuando no habian hecho ni bien ni mal - para que se mantuviese la libertad de la elección divina, (Romanos 9, 11)


“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina