Gefunden 4296 Ergebnisse für: David como rey

  • tenían los cabellos como los de las mujeres y los dientes como los de los leones; (Apocalipsis 9, 8)

  • su pecho, como una coraza de hierro, y el rumor de sus alas, como el ruido de carros de muchos caballos que corren a la batalla; (Apocalipsis 9, 9)

  • sus colas, como las de los escorpiones, con aguijones, tienen el poder de dañar a los hombres durante cinco meses. (Apocalipsis 9, 10)

  • Tienen como rey al ángel del abismo; su nombre en hebreo es "Abaddón", y en griego "Apolión", el exterminador. (Apocalipsis 9, 11)

  • Así vi a los caballos y a los jinetes: éstos tenían corazas de color de fuego, de jacinto y de azufre; los caballos tenían las cabezas como las de los leones, y de su boca salía fuego y azufre. (Apocalipsis 9, 17)

  • Después vi otro ángel vigoroso, que bajaba del cielo envuelto en una nube; sobre la cabeza tenía el arco iris; su rostro era como el sol, y sus piernas como columnas de fuego. (Apocalipsis 10, 1)

  • y gritó con voz potente, como el rugido del león. Cuando gritó, los siete truenos hicieron oír sus voces. (Apocalipsis 10, 3)

  • Corrí hacia el ángel y le dije que me diera el librito. Él me contestó: "Tómalo y cómetelo; te amargará las entrañas, pero en tu boca será dulce como la miel". (Apocalipsis 10, 9)

  • Tomé el librito de la mano del ángel y me lo comí; era dulce como la miel en mi boca, pero en cuanto me lo comí se me llenaron de amargura las entrañas. (Apocalipsis 10, 10)

  • Después me dieron una caña como de una vara, y me dijeron: "Levántate y mide el templo de Dios, el altar y a los adoradores que hay en él; (Apocalipsis 11, 1)

  • su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo y las lanzó sobre la tierra. El dragón se puso delante de la mujer en trance de dar a luz, para devorar al hijo tan pronto como le diera a luz. (Apocalipsis 12, 4)

  • La serpiente arrojó de su boca como un río de agua detrás de la mujer para que el río se la llevase. (Apocalipsis 12, 15)


“Ouço interiormente uma voz que constantemente me diz: Santifique-se e santifique!” São Padre Pio de Pietrelcina