Gefunden 173 Ergebnisse für: Derecho

  • Hay una habilidad consumada que es pura injusticia, y hay quien hace trampa para mantener su derecho. (Eclesiástico 19, 25)

  • La instrucción para el juicioso es joya de oro, brazalete en su brazo derecho. (Eclesiástico 21, 21)

  • y no se retira hasta que intervenga el altísimo, reconozca el derecho de los justos y les haga justicia. (Eclesiástico 35, 18)

  • Renueva los prodigios y repite los portentos, glorifica tu mano y tu brazo derecho. (Eclesiástico 36, 5)

  • Pero no se les busca para consejeros del pueblo, ni en la asamblea destacan, ni se sientan en la silla del juez, porque no entienden de justicia y derecho. (Eclesiástico 38, 33)

  • Le confió sus preceptos y le dio poder para decidir sobre la ley y el derecho, para enseñar a Jacob sus mandamientos e instruir a Israel en su ley. (Eclesiástico 45, 17)

  • ¡Cómo se ha prostituido la ciudad fiel, Sión, tan llena de justicia! Moraba en ella el derecho; ¡ahora, en cambio, asesinos! (Isaías 1, 21)

  • Sión será redimida con el derecho, y sus convertidos con la justicia. (Isaías 1, 27)

  • para ensanchar el imperio, para una paz sin fin en el trono de David y en su reino; para asentarlo y afirmarlo en el derecho y la justicia desde ahora para siempre. El celo del Señor omnipotente hará todo esto. (Isaías 9, 6)

  • que niegan la justicia a los débiles y quitan su derecho a los pobres de mi pueblo; que hacen de las viudas su presa y de los huérfanos su botín! (Isaías 10, 2)

  • Entonces el trono se afincará en la bondad; en él se sentará con fidelidad bajo la tienda de David un juez amante del derecho y celador de la justicia. (Isaías 16, 5)

  • El camino del justo va todo derecho, tú allanas el camino derecho del justo. (Isaías 26, 7)


“Pobres e desafortunadas as almas que se envolvem no turbilhão de preocupações deste mundo. Quanto mais amam o mundo, mais suas paixões crescem, mais queimam de desejos, mais se tornam incapazes de atingir seus objetivos. E vêm, então, as inquietações, as impaciências e terríveis sofrimentos profundos, pois seus corações não palpitam com a caridade e o amor. Rezemos por essas almas desafortunadas e miseráveis, para que Jesus, em Sua infinita misericórdia, possa perdoá-las e conduzi-las a Ele.” São Padre Pio de Pietrelcina