Gefunden 31 Ergebnisse für: Destruyó
Mandó venir a todos los sacerdotes de las ciudades de Judá, profanó las colinas donde los sacerdotes habían quemado incienso desde Guibeá hasta Berseba y destruyó la colina de los sátiros que había a la entrada de la puerta de Josué, gobernador de la ciudad, la cual se encuentra a la derecha del que entra por la puerta de la ciudad. (II Reyes 23, 8)
Destruyó los altares que había sobre el terrado de la estancia superior de Acaz, construidos por los reyes de Judá, y los altares que Manasés había levantado en los dos atrios del templo del Señor; los hizo allí pedazos y arrojó el polvo al torrente Cedrón. (II Reyes 23, 12)
Destruyó el altar que había en Betel, y el santuario que había construido Jeroboán, hijo de Nabat, el que había inducido a Israel a pecar; hizo pedazos sus piedras, reduciéndolas a polvo, y quemó el cipo sagrado. (II Reyes 23, 15)
Al año siguiente, al tiempo en que suelen salir los reyes de campaña, Joab, a la cabeza de un gran ejército, marchó contra la tierra de los amonitas y la devastó. Luego puso asedio a Rabá, mientras David estaba en Jerusalén. Joab se apoderó de Rabá y la destruyó. (I Crónicas 20, 1)
Destruyó los altares de los dioses extranjeros, las colinas, las estelas y los cipos sagrados; (II Crónicas 14, 2)
El rey Asá quitó la dignidad de reina a su madre Maacá, porque había hecho una imagen de Aserá; Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón. (II Crónicas 15, 16)
Pero nuestros padres irritaron al Dios del cielo, y él los entregó en manos del caldeo Nabucodonosor, rey de Babilonia, el cual destruyó este templo y deportó el pueblo a Babilonia. (Esdras 5, 12)
Se adueñó de sus ciudades y llegó hasta Ecbatana; ocupó las torres, destruyó las plazas y convirtió en oprobio su esplendor. (Judit 1, 14)
Pero él arrasó sus templos, taló sus bosques sagrados y destruyó todos sus dioses, para que adorasen solamente a Nabucodonosor, y todas las lenguas y todas las tribus le invocasen como dios. (Judit 3, 8)
Saqueó la ciudad, la incendió y destruyó las casas y las murallas que la cercaban. (I Macabeos 1, 31)
Al mismo tiempo mató al emisario del rey por obligar al pueblo a ofrecer sacrificios, y después destruyó el altar. (I Macabeos 2, 25)
El Señor asoló el territorio de las gentes y las destruyó hasta los fundamentos de la tierra. (Eclesiástico 10, 16)