Gefunden 37 Ergebnisse für: Diste

  • a los tuyos les diste, contra toda esperanza, aguas abundantes, (Sabiduría 11, 7)

  • Enseñaste a tu pueblo con este modelo de obrar que el justo debe ser humano, y diste buenas esperanzas a tus hijos de que, después del pecado, das lugar al arrepentimiento. (Sabiduría 12, 19)

  • A tu pueblo, en cambio, le diste alimento de ángeles, le procuraste desde el cielo un pan preparado sin trabajo por su parte, capaz de dar todo placer y acomodado al gusto de cada uno. (Sabiduría 16, 20)

  • A los tuyos, por el contrario, les diste una columna llameante, guía para un camino desconocido, sol inofensivo de una gloriosa emigración. (Sabiduría 18, 3)

  • Pero te diste al amor de las mujeres y les diste poder sobre tu cuerpo. (Eclesiástico 47, 19)

  • Y les diste este país, conforme habías jurado a sus padres, tierra que mana leche y miel. (Jeremías 32, 22)

  • Llegó el que había recibido cinco millones y presentó otros cinco, diciendo: Señor, me diste cinco millones; aquí tienes otros cinco que he ganado. (Mateo 25, 20)

  • Se presentó también el de los dos millones, y dijo: Señor, me diste dos millones; mira, he ganado otros dos. (Mateo 25, 22)

  • Y, volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: "¿Ves a esta mujer? Yo entré en tu casa y no me diste agua para los pies; ella, en cambio, ha bañado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos. (Lucas 7, 44)

  • Tú no me diste el beso; pero ella, desde que entró, no ha cesado de besar mis pies. (Lucas 7, 45)

  • Fueron a Juan y le dijeron: "Maestro, el que estaba contigo al otro lado del Jordán, del que tú diste testimonio, está bautizando y todos acuden a él". (Juan 3, 26)

  • porque les he comunicado las enseñanzas que tú me diste, y ellos las han aceptado. Ahora saben con toda certeza que salí de ti, y ya están convencidos de que tú me enviaste. (Juan 17, 8)


“Nunca vá se deitar sem antes examinar a sua consciência sobre o dia que passou. Enderece todos os seus pensamentos a Deus, consagre-lhe todo o seu ser e também todos os seus irmãos. Ofereça à glória de Deus o repouso que você vai iniciar e não esqueça do seu Anjo da Guarda que está sempre com você.” São Padre Pio de Pietrelcina